Miles de manifestantes irrumpieron violentamente en el recorrido final de la Vuelta a España este domingo, provocando la cancelación histórica de una de las tres carreras ciclistas más importantes del mundo. Los manifestantes, que gritaban consignas como “¡no es una guerra, es un genocidio!” y “Palestina, libre”, rompieron el cerco policial en múltiples puntos de la capital española para exigir la retirada del equipo Israel Premier Tech, patrocinado por el empresario sionista Sylvan Adams, amigo cercano del primer ministro israelí Benjamin Netanyahu. La dirección de la carrera detuvo el pelotón ante la invasión masiva del circuito y decidió cancelar los últimos 50 kilómetros y la ceremonia de premiación programada para la glorieta de Cibeles.
Los hechos ocurrieron durante la etapa final que coronaría al danés Jonas Vingegaard como vencedor de la competición, en un recorrido que partía de la localidad madrileña de Alalpardo con destino al corazón de Madrid. La invasión coordinada del circuito se produjo cuando el pelotón iniciaba las siete vueltas programadas al casco histórico de la ciudad. Manifestantes apartaron vallas de seguridad en la glorieta de Colón y varios puntos del Paseo de la Castellana, inundando completamente el recorrido con banderas palestinas y pancartas que exigían el “fin del genocidio” en Gaza y la ruptura de relaciones diplomáticas entre España e Israel.

Esta protesta masiva representa el punto culminante de semanas de manifestaciones crecientes durante el desarrollo de la Vuelta a España, que comenzó el 23 de agosto en Turín, Italia. Las protestas se intensificaron particularmente al ingresar la carrera a territorio español, con incidentes significativos en el País Vasco que obligaron a cancelar los últimos kilómetros de la etapa con llegada a Bilbao. Los organizadores enfrentaron decenas de actos de protesta coordinados por plataformas pro Palestina y apoyados por los principales partidos de izquierda española, incluidos el gobernante Partido Socialista Obrero Español (PSOE), Sumar y Podemos.

El equipo Israel Premier Tech, dirigido en el aspecto deportivo por el español Carlos Guerrero, se convirtió en el foco central de las protestas. Los manifestantes consideran su participación como un “blanqueamiento” de la política bélica israelí, postura que el propio patrocinador Sylvan Adams reconoció al afirmar que “los palestinos nos están ganando la batalla del relato”. La presión fue tal que Guerrero abandonó la carrera días antes de su final tras aparecer pintadas de repudio en su casa familiar en Navarra.

Tras la cancelación sin precedentes de la carrera, los manifestantes -calculados en más de 100,000 por autoridades locales- corearon eufóricos: “esta Vuelta la gana Palestina”. En la zona del barrio de Las Letras, específicamente en la calle de Huertas, se registraron enfrentamientos entre manifestantes y unidades antidisturbios movilizadas por el Ministerio del Interior, presidido por el socialista Fernando Grande-Marlaska, que intentaban llegar a la zona donde se realizaría la entrega de premios. La marea humana llenó las calles previstas para el paso del pelotón, transformando el evento deportivo en una manifestación masiva de repudio contra las acciones de Israel en Gaza.