Nissan anunció este martes el cierre definitivo de su planta en CIVAC, Jiutepec, Morelos, que operó durante 58 años, como parte de su plan de reestructuración global “Re-Nissan”. La producción será trasladada al complejo de Aguascalientes, afectando aproximadamente 3,000 empleos directos y generando una pérdida estimada de 800 millones de pesos anuales en masa salarial para la economía estatal.
La decisión, comunicada a los trabajadores mediante videoconferencia, busca consolidar operaciones en plantas con mayor capacidad tecnológica. Iván Elizondo, CEO de Nissan Mexicana, agradeció la contribución de los empleados pero no precisó cuántos serán reubicados o indemnizados. La planta de CIVAC, inaugurada en 1966 como la primera de Nissan fuera de Japón, produjo 6.5 millones de vehículos y representaba el 11% de la producción nacional de la marca.
El cierre ocurre en un contexto de tensiones comerciales, luego de que Nissan redujera envíos a EE.UU. por aranceles del 25% impuestos por el gobierno de Donald Trump. Makoto Uchida, CEO global de Nissan, había advertido en febrero sobre posibles reubicaciones de producción si se mantenían estas barreras comerciales. Nissan exporta anualmente 320,000 vehículos desde México a EE.UU., el 70% de sus exportaciones totales.

El gobierno de Morelos informó que mantiene comunicación con la Secretaría de Economía federal y representantes de Nissan para salvaguardar los derechos laborales. Esta decisión contrasta con declaraciones recientes de la presidenta Claudia Sheinbaum, quien aseguró que Nissan no cerraría plantas en México e incluso mencionó planes para trasladar producción argentina a CIVAC.
La planta de CIVAC producía modelos como NP300, Frontier y Versa. Su cierre representa un duro golpe para la economía morelense, que perderá además una derrama económica indirecta estimada en 1,500 millones de pesos anuales. Nissan mantendrá operaciones comerciales normales en México y reforzará capacidades en Aguascalientes, donde ya opera su planta COMPAS.
Este movimiento se suma a ajustes en la industria automotriz ante presiones arancelarias, como los recortes de producción que Stellantis implementó en plantas de Toluca, Saltillo y Windsor. Mientras Nissan cierra en Morelos, anunció que mantendrá dos turnos en su planta de Smyrna, Tennessee, para el modelo Rogue, revirtiendo un plan previo de reducción.
El cierre definitivo está programado para finales de 2025, marcando el fin de una era para la industria automotriz mexicana y dejando interrogantes sobre el futuro laboral de miles de trabajadores y proveedores en la región. La transición ocurre mientras Nissan busca optimizar su huella manufacturera global para enfrentar los desafíos del mercado automotor actual.