Francia en crisis política tras caída de Bayrou

Francia enfrenta una nueva crisis política tras la destitución del primer ministro François Bayrou por parte del Parlamento francés. La Asamblea Nacional retiró su confianza al líder centrista de 74 años este lunes mediante una votación parlamentaria en París que obtuvo 364 votos en contra y 194 a favor. El rechazo al plan de recortes presupuestarios de 44 mil millones de euros impulsado por Bayrou provocó la moción de confianza.

La Asamblea Nacional francesa retiró su respaldo al primer ministro François Bayrou apenas nueve meses después de que asumiera el cargo, obligándolo a presentar su renuncia de manera inmediata. Esta votación deja al presidente Emmanuel Macron ante el desafío de nombrar a un quinto primer ministro en menos de dos años, agravando la ya delicada situación institucional del país.

El motivo detonante de la moción de confianza fue el plan de recortes presupuestarios impulsado por Bayrou, que proponía un ahorro de 44 mil millones de euros como respuesta al elevado déficit fiscal francés. Sin embargo, su estrategia encontró una fuerte resistencia tanto en la izquierda como en la extrema derecha, que votaron unidas para derribar al Gobierno.

En su último discurso como primer ministro, Bayrou defendió su plan con un mensaje de advertencia: “Someterse a la deuda es como someterse por la fuerza militar. Dominados por las armas, o dominados por nuestros acreedores; en ambos casos, perdemos nuestra libertad”.

La crisis institucional que atraviesa Francia tiene su origen en la disolución del Parlamento en junio de 2024, una apuesta de Macron para reforzar su bloque centrista que terminó en una legislatura altamente fragmentada. Desde entonces, el presidente ha gobernado en minoría parlamentaria, dependiendo de acuerdos frágiles y del equilibrio entre bloques opositores para mantener a flote sus gobiernos.

La falta de una coalición estable ha convertido la política francesa en un tablero volátil, en el que los primeros ministros caen en cadena y los presupuestos enfrentan un rechazo sistemático. Esta inestabilidad se produce en un contexto económico preocupante, con Francia registrando un déficit fiscal cercano al 6% del PIB, casi el doble del límite europeo, y una deuda que supera el 114%.

La líder de Agrupación Nacional, Marine Le Pen, aprovechó el colapso del gobierno para lanzar un nuevo llamado a elecciones legislativas: “Un gran país como Francia no puede vivir con un gobierno de papel, especialmente en un mundo atormentado y peligroso”, declaró.

La situación se complica aún más con la perspectiva de las elecciones presidenciales de 2027. La oposición busca evitar que Macron sume triunfos legislativos que puedan reforzar su posición o influir en la sucesión presidencial. Con el rechazo al plan de recortes, la aprobación de un nuevo presupuesto nacional se convierte en la prioridad más urgente para el Palacio del Elíseo.

La salida de Bayrou deja al presidente Macron en un terreno especialmente frágil, obligado a negociar con múltiples fuerzas parlamentarias para nombrar a un nuevo primer ministro que logre sostenerse en el cargo y avanzar en la agenda legislativa. La capacidad de formar un gobierno estable será crucial para implementar las reformas económicas que requiere el país y cumplir con los compromisos fiscales europeos.

Este es el quinto cambio de gobierno en menos de dos años, lo que refleja la profundidad de la crisis política francesa y las dificultades de gobernabilidad en un panorama parlamentario fragmentado. La continuidad de las políticas del ejecutivo y la implementación de reformas estructurales dependen ahora de la capacidad de Macron para construir consensos en una Asamblea Nacional profundamente dividida.

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Filiberto Cruz

Filiberto Cruz