La Comisión Federal de Comercio (FTC) de Estados Unidos y siete estados presentaron una demanda contra Live Nation y su filial Ticketmaster por permitir que intermediarios se hicieran con boletos de conciertos para revenderlos con importantes márgenes de beneficio, afectando económicamente a millones de fans. La acusación alega que Ticketmaster, que controla el 80% de la venta primaria de entradas para principales sedes de conciertos, ignoró violaciones a los límites de compra establecidos por artistas, permitiendo generar 3,700 millones de dólares en comisiones de reventa entre 2019 y 2024.

La demanda agrava los problemas legales de Ticketmaster que comenzaron tras el escándalo de la venta de entradas para la gira Eras de Taylor Swift en 2022, cuando miles de millones de solicitudes de fans, bots y revendedores hicieron colapsar su sitio web. La FTC afirma que la compañía violó la ley de protección al consumidor al no revelar el precio total de las entradas, incluidas las tarifas, por adelantado y al hacer “la vista gorda como una cuestión de política” a las violaciones de sus propias normativas, según correos electrónicos internos de ejecutivos de la empresa.
Los estados de Colorado, Florida, Illinois, Nebraska, Tennessee, Utah y Virginia se unieron a la demanda presentada en California, acusando a Ticketmaster de prácticas monopólicas que perjudican a los consumidores. La FTC citó evidencia que muestra que Ticketmaster conocía desde 2018 que los revendedores violaban sus políticas pero permitió continuamente estas prácticas que generaron ganancias millonarias en comisiones. Las acciones de Live Nation cayeron un 2.3% tras conocerse la noticia, reflejando la preocupación de los inversionistas sobre el impacto legal y financiero de la demanda.

Este caso representa el último capítulo en los crecientes desafíos legales de Ticketmaster, luego de que el Departamento de Justicia presentara una demanda por monopolio en 2024 contra Live Nation y su filial, acusándolas de dominar anticompetitivamente los mercados del sector de conciertos. Las empresas han negado consistentemente todos los cargos, pero la nueva evidencia presentada por la FTC sobre la complicidad en la reventa ilegal podría fortalecer significativamente el caso en su contra. La demanda busca implementar medidas correctivas y posiblemente sanciones económicas que podrían reestructurar la industria de venta de boletos en Estados Unidos.