Pablo Gómez, político e ideólogo de Morena, lidera desde este fin de semana la Comisión Presidencial para la Reforma Electoral, un proyecto que busca transformar el sistema electoral mexicano, considerado referente mundial. La iniciativa, respaldada por la presidenta Claudia Sheinbaum, revive propuestas planteadas en 2022 bajo el llamado “Plan A”, que en su momento no prosperó.
El objetivo central de la reforma es reducir la estructura electoral, eliminando los Organismos Públicos Locales Electorales (OPLEs) y los Tribunales Electorales estatales, concentrando todas las elecciones en el Instituto Nacional Electoral (INE). Además, plantea disminuir el número de legisladores federales y locales, modificar las reglas para candidaturas plurinominales y restringir el financiamiento permanente a los partidos políticos, limitándolo solo a campañas electorales bajo la fórmula actual, que favorece al partido en el poder.

Gómez, quien en 2022 advirtió que el proyecto reviviría, afirmó que esta reforma refleja “lo que toda mi vida he dicho, por lo que toda mi vida he luchado”. En declaraciones recientes, sostuvo que, de no aprobarse ahora, se impulsará en el futuro: “Si no sale esta reforma, es por el momento, porque saldrá en otro momento”.
La batalla por modificar el sistema electoral lleva años. En 2022, el “Plan A” fue rechazado, lo que derivó en el “Plan B”, una serie de cambios legales que buscaban debilitar al INE y que fueron invalidados por la Suprema Corte en 2023. Con la llegada de Morena a la presidencia en 2024 y su mayoría legislativa, el “Plan C” toma fuerza, permitiendo revivir la reforma constitucional original.
Entre las críticas más fuertes a la propuesta está el mantenimiento de un esquema de financiamiento que beneficia al partido mayoritario (Morena), obligando a la oposición a formar alianzas para competir. Gómez defendió este punto en 2022, argumentando que los partidos opositores tendrían “la misma cantidad que Morena” si se unían.
El expresidente Andrés Manuel López Obrador respaldó en su momento la idea de reformar el INE, cuestionando su alto costo y proponiendo que los consejeros fueran electos por votación popular. Por otro lado, el exconsejero Lorenzo Córdova denunció en 2023 que el “Plan B” buscaba “descuartizar al INE”, una acusación que reflejó la polarización en torno al tema.
Con la nueva mayoría legislativa de Morena y aliados, el camino para la reforma parece despejado. Lo que en 2022 parecía una iniciativa fallida, hoy resurge con fuerza, marcando el inicio de lo que podría ser una transformación radical del sistema electoral mexicano.





