Venezuela reforzó su presencia militar en estados fronterizos con Colombia como parte de la respuesta al despliegue en el Caribe de buques de guerra de Estados Unidos, que lanzó un nuevo ataque el jueves, esta vez aparentemente con sobrevivientes. El presidente Nicolás Maduro ordenó maniobras militares con miles de efectivos en el país después de que Washington mantenga desde agosto un operativo “antidrogas” con varios buques de guerra en aguas internacionales del Caribe, cerca de las costas venezolanas, donde ha lanzado varios ataques contra pequeñas embarcaciones de presuntos “narcoterroristas” con un balance de 27 muertos.
Washington mantiene desde agosto un operativo “antidrogas” con varios buques de guerra en aguas internacionales del Caribe, cerca de las costas venezolanas, y ha lanzado varios ataques contra pequeñas embarcaciones de presuntos “narcoterroristas” con un balance de 27 muertos. Este despliegue militar estadounidense es considerado por Caracas como una “amenaza” directa a la soberanía nacional, según han expresado autoridades venezolanas en comunicados oficiales.
El presidente Donald Trump acusa a su par Nicolás Maduro de tener vínculos con el narcotráfico y el miércoles anunció que autorizó operaciones de la CIA contra Venezuela. Esta autorización fue confirmada por reportes periodísticos que indican que la Agencia Central de Inteligencia estadounidense podría realizar operaciones encubiertas en territorio venezolano como parte de una escalada en las acciones contra el gobierno de Maduro.

Maduro en tanto, atribuye estas acusaciones a un plan para buscar un “cambio de régimen” en Venezuela y apoderarse de las cuantiosas reservas de petróleo del país. El mandatario venezolano ha denunciado repetidamente lo que describe como una campaña internacional para derrocar su gobierno y controlar los recursos naturales venezolanos, particularmente sus extensas reservas de crudo.
La vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez, desmintió el jueves que haya negociado con Estados Unidos la supuesta salida de Maduro del poder. Esta negativa se produce después de que un reporte del diario estadounidense Miami Herald señalara que la vicepresidenta y su hermano Jorge Rodríguez, que es presidente del Parlamento, intentaron negociar con Estados Unidos la salida de Maduro, a cambio de que ellos se quedaran en el poder.
Según el diario, en este diálogo con la mediación de Qatar, los hermanos supuestamente argumentaban que son libres de señalamientos de narcotráfico y que podían asegurar una transición preservando la estabilidad política. The New York Times publicó que la administración de Trump autorizó a la CIA realizar operaciones letales en Venezuela, en un incremento de sus acciones contra Nicolás Maduro con miras a derrocarlo.
La vicepresidenta Rodríguez afirmó que se trata de un “FAKE!!”. “Otro medio que se suma al basural de la guerra sicológica contra el pueblo venezolano”, denunció en Telegram, con una foto junto a Maduro con la leyenda: “Juntos y unidos junto al presidente Maduro”. Esta respuesta oficial busca desacreditar los reportes sobre negociaciones secretas y reafirmar la unidad en el liderazgo venezolano.

El almirante estadounidense Alvin Holsey, responsable de supervisar los ataques de Estados Unidos contra supuestas lanchas del narcotráfico en el Caribe, anunció el jueves que se retirará tras apenas un año en el cargo. Holsey dejará el cargo de jefe del Comando Sur, una unidad responsable de las fuerzas que operan en América Central y del Sur, en un momento de máxima tensión en la región.
El despliegue es considerado por Caracas como una “amenaza” y en respuesta, Maduro ordenó maniobras militares con miles de efectivos en el país. Además, las autoridades locales de los estados Táchira y Amazonas anunciaron despliegues el jueves con patrullajes y procedimientos de control en pasos fronterizos con Colombia.
En Táchira, donde se encuentran los tres principales puentes que conectan Venezuela con Colombia, los efectivos se desplegaron en torno al Puente Internacional Simón Bolívar, que comunica a las ciudades colombianas de Cúcuta y Villa del Rosario con la venezolana San Antonio, constató la AFP. Este refuerzo militar busca asegurar los puntos críticos de la frontera terrestre entre ambos países sudamericanos.
En Amazonas, en tanto, que además limita hacia el sur con Brasil, los efectivos se dispersaron en el estado para resguardar “empresas estratégicas” y “servicios básicos”. Venezuela también mantiene despliegues en zonas costeras, como Nueva Esparta, Sucre y Delta Amacuro, estados cercanos a Trinidad y Tobago, mostrando una estrategia de defensa perimetral comprehensiva.
Un ataque con supervivientes ocurrió según reportes de medios internacionales. Expertos cuestionan la legalidad de los ataques de Estados Unidos en aguas internacionales contra sospechosos que no han sido detenidos ni interrogados. El último ataque ocurrido el jueves dejó varios supervivientes a bordo, según reportes de las cadenas CBS, CNN y NBC, que citan a funcionarios estadounidenses.
El Pentágono no respondió de inmediato a la petición de AFP sobre el número de sobrevivientes y su estado. Estos medios señalan que se cree que este es el primer ataque que deja sobrevivientes, lo que genera interrogantes sobre si los tripulantes fueron asistidos y dónde están actualmente bajo custodia estadounidense.
Venezuela pidió la semana pasada ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que se impida a Estados Unidos cometer un “crimen internacional”, pero recibió solo el apoyo de algunos miembros liderados por sus mayores aliados, China y Rusia. Según Caracas, el gobierno de Trump busca “fabricar un conflicto” para justificar una invasión a gran escala contra Venezuela.
El embajador de Venezuela ante la ONU, Samuel Moncada, denunció el jueves que Estados Unidos lanzó un ataque el 14 de octubre “una nueva serie de ejecuciones extrajudiciales contra civiles” a pocas millas de las costas venezolanas. Moncada afirmó que las últimas víctimas fueron “dos humildes pescadores” originarios de Trinidad y Tobago y afirmó que también ha habido casos de colombianos.
“No es un tema nada más venezolano”, dijo a la prensa y solicitó al Consejo de seguridad que investigue “el conjunto de asesinatos que el gobierno de Estados Unidos viene perpetrando”. Esta gestión diplomática busca internacionalizar el conflicto y generar presión sobre Washington para que detenga sus operaciones militares en aguas cercanas a Venezuela.





