Trump y Xi pactan reducir aranceles después de reunirse

La disputa comercial entre Estados Unidos y China quedó “resuelta”. Así lo afirmó el presidente Donald Trump tras reunirse este jueves, hora local, con el líder chino Xi Jinping en la ciudad surcoreana de Busán, en el primer encuentro cara a cara entre ambos mandatarios en seis años. Durante la reunión, que se extendió por 40 minutos, los dirigentes de las dos mayores potencias económicas del mundo acordaron una reducción significativa de aranceles y la reanudación de las importaciones agrícolas.

Trump anunció, a bordo del avión presidencial Air Force One, que su gobierno reducirá los aranceles sobre productos chinos al 47 por ciento, diez puntos porcentuales menos que el nivel previo. A cambio, Pekín se comprometió a reanudar las compras de soya estadounidense, mantener el flujo de exportaciones de tierras raras —minerales estratégicos para las industrias tecnológicas y de energía limpia— y adoptar medidas más estrictas contra el comercio ilícito de fentanilo, un opioide sintético de alto impacto global.

Antes de la cumbre, el mandatario estadounidense había amenazado con duplicar los aranceles hasta un 100 por ciento si no se alcanzaba un acuerdo. Sin embargo, tras la reunión con Xi Jinping, aseguró que “no era necesario llevar a cabo ese plan”. Trump calificó la cita como “una reunión increíble” y destacó que ambos gobiernos coincidieron en múltiples aspectos del comercio bilateral.

El encuentro en Busán marcó el cierre de la gira asiática de Trump, que incluyó conversaciones con líderes de Corea del Sur, Japón y varios países del sudeste asiático. En cada escala, el presidente estadounidense subrayó su objetivo de fortalecer las relaciones comerciales en la región y contrarrestar las tensiones derivadas de los conflictos arancelarios previos.

Por su parte, el presidente Xi Jinping sostuvo que el desarrollo y la revitalización de China están alineados con la visión de Trump de “hacer Estados Unidos grande otra vez”, según reportó la agencia Xinhua. Xi afirmó que es natural que existan diferencias entre las dos principales economías del mundo, pero insistió en que “China y Estados Unidos deben ser socios y amigos”. Enfatizó que la historia y la realidad demuestran la necesidad de cooperación entre ambos países.

El líder chino agregó que su gobierno está dispuesto a seguir trabajando con Washington para cimentar una base sólida en las relaciones bilaterales y crear un entorno favorable para el desarrollo de ambas naciones. Xi recordó que, en días recientes, los equipos económicos de ambos países alcanzaron un consenso básico para abordar sus principales preocupaciones y lograron avances alentadores.

Trump, por su parte, confirmó que China adquirirá “cantidades enormes” de soya estadounidense y otros productos agrícolas, interrumpidos tras la imposición de aranceles en los meses anteriores. Añadió que “el entendimiento entre ambos gobiernos es amplio y beneficioso para los dos pueblos”.

Durante la conferencia posterior a la reunión, el mandatario estadounidense aclaró que no abordó con Xi Jinping el tema de las importaciones chinas de petróleo ruso. “China compra petróleo a Rusia desde hace mucho tiempo. De hecho, no debatimos el tema”, precisó, citado por la agencia Sputnik.

Además, Trump señaló que Washington y Pekín “trabajarán juntos” en el contexto de la guerra en Ucrania, según AFP, sin ofrecer mayores detalles sobre el tipo de cooperación prevista.

El acuerdo alcanzado en Busán representa el primer avance sustancial en las relaciones comerciales entre ambas potencias desde 2019. Con la reducción de aranceles y la reanudación del comercio agrícola, se cierra uno de los capítulos más tensos de la política económica internacional reciente. Tanto Estados Unidos como China buscan ahora consolidar un marco de colaboración que permita equilibrar sus intereses estratégicos y garantizar la estabilidad del comercio global.

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Filiberto Cruz

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