El presidente estadounidense Donald Trump afirmó que no se dejará intimidar por su homólogo ruso Vladimir Putin durante la cumbre que se celebrará en la base militar Elmendorf-Richardson de Anchorage, Alaska. “Soy el presidente, y no va a jugar conmigo”, declaró Trump a periodistas en la Casa Blanca previo al encuentro, el primero de Putin en un país occidental desde la invasión a Ucrania en 2022. La reunión, que comenzará a las 13:30 horas tiempo de México, busca avanzar hacia un acuerdo de paz mientras Ucrania y aliados europeos temen negociaciones a sus espaldas.
Trump mostró un cauteloso optimismo sobre el resultado de la cumbre, estimando que habría “25% de probabilidades” de fracaso. “Sabré en los primeros minutos si será buena o mala reunión”, afirmó el mandatario republicano, quien anticipó que una eventual segunda reunión incluiría al presidente ucraniano Volodímir Zelenski para discutir fronteras y territorios. Por su parte, Putin elogió los “esfuerzos sinceros” de Trump por alcanzar la paz, aunque el Kremlin aclaró que el tema central sería “la resolución de la crisis ucraniana”.
Horas antes de la cumbre, Rusia y Ucrania completaron un intercambio de 84 prisioneros de guerra por cada bando, incluyendo defensores de Mariúpol y civiles detenidos desde 2014. Zelenski agradeció la mediación de Emiratos Árabes Unidos en esta operación, la cual representa uno de los pocos puntos de cooperación mantenidos durante el conflicto. El intercambio se logró bajo acuerdos alcanzados en conversaciones previas en Estambul.

La delegación rusa incluyó al ministro de Relaciones Exteriores Serguéi Lavrov y al de Defensa Andréi Belusov, según confirmó el consejero diplomático Yuri Ushakov. Por parte estadounidense, el secretario de Estado Marco Rubio expresó esperanzas sobre el encuentro. La agenda contempló primero una reunión privada entre los presidentes con traductores, seguida de un almuerzo con las comitivas y finalizando con una conferencia de prensa conjunta -la primera desde Helsinki 2018-.
Zelenski, quien no fue invitado a la cumbre, discutió en Londres con el primer ministro británico Keir Starmer las posibles consecuencias del diálogo. “Analizamos garantías de seguridad para una paz duradera”, declaró el mandatario ucraniano, mostrando preocupación por que se tomen decisiones sobre su país sin su participación. Las declaraciones de Trump sobre “repartir cosas” y discutir fronteras alimentaron estos temores entre los aliados europeos de Ucrania.
La cumbre se produce tras más de tres años y medio de guerra iniciada con la invasión rusa en febrero de 2022. Putin mantiene control sobre territorios ucranianos mientras las conversaciones de Estambul no han logrado avances sustanciales más allá de los intercambios de prisioneros. Trump, quien ha expresado admiración por el líder ruso en el pasado, busca ahora posicionarse como mediador en lo que sería su mayor prueba diplomática desde su regreso a la presidencia.