Trump plantea sustituir T-MEC por acuerdos bilaterales

El presidente Donald Trump abrió este martes la posibilidad de cambiar el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) por acuerdos bilaterales separados durante una rueda de prensa en la Oficina Oval de la Casa Blanca con el primer ministro canadiense Mark Carney. El mandatario estadounidense sugirió que el acuerdo comercial trilateral podría dividirse en tres pactos bilaterales: uno entre México y Estados Unidos, otro entre México y Canadá y un tercero entre Estados Unidos y Canadá, aunque posteriormente mostró ambigüedad cuando periodistas solicitaron precisiones sobre su propuesta.

El planteamiento surgió cuando un periodista preguntó a ambos líderes durante la conferencia de prensa conjunta: “Sobre el T-MEC, ¿están ustedes dos comprometidos a sacar adelante la renegociación del acuerdo que usted logró (Presidente Trump)?”. Trump respondió: “Bueno, podemos renegociarlo y eso estaría bien. O podríamos simplemente hacer acuerdos diferentes. Tenemos permitido hacer acuerdos diferentes. Si lo estuviéramos, podríamos lograr acuerdos que sean mejores para cada País”. Esta declaración marca un posible cambio significativo en el enfoque comercial de Norteamérica.

Ante la solicitud de precisión sobre su preferencia específica -“¿Usted cuál prefiere?”-, el presidente Trump ofreció un comentario esquivo: “No me importa. Quiero lograr el mejor acuerdo para este país (Estados Unidos) y, también, pensando mucho en Canadá”. Esta ambigüedad deja abierta la posibilidad de que la administración estadounidense esté considerando múltiples escenarios para el futuro del acuerdo comercial que actualmente rige las relaciones económicas entre los tres países norteamericanos.

El T-MEC entró en vigor el 1 de julio de 2020 con una vigencia inicial establecida de 16 años, extendiéndose hasta 2036. El acuerdo incluye un mecanismo de revisión periódica cada seis años, estableciendo que si no hay consenso entre las partes durante estas revisiones, el tratado mantiene su vigencia pero expirará automáticamente en 2036 si no se renueva. Si todas las partes confirman su deseo de continuar con el acuerdo, este permanecerá vigente por otros 16 años adicionales, mientras que si una parte no confirma su extensión, las partes llevarán a cabo una revisión conjunta anual del acuerdo.

Esta no es la primera vez que Trump manifiesta preferencia por acuerdos bilaterales sobre los multilaterales. Durante su primer mandato de gobierno, el presidente retiró a Estados Unidos del Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP), acción que representó la primera implementación concreta de su enfoque de política comercial. Esta perspectiva ha incluido desde entonces una preferencia declarada por las negociaciones bilaterales de libre comercio sobre acuerdos regionales como el TPP, una visión crítica de muchos Tratados de Libre Comercio existentes que involucran a Estados Unidos y un enfoque prominente en los déficits comerciales bilaterales como indicador principal de la salud de las relaciones comerciales.

A pesar de esta inclinación hacia los acuerdos bilaterales, el cambio del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) mantuvo su condición trilateral al renovarse y ajustarse con el T-MEC durante la administración anterior de Trump. Esta continuidad en el formato trilateral sugiere que, aunque existe preferencia teórica por los acuerdos bilaterales, la práctica comercial entre los tres países norteamericanos puede requerir de mecanismos más complejos que aborden las interconexiones económicas regionales.

Mientras se desarrollaba la reunión en Washington, en el evento “North Capital Forum” en la Ciudad de México, el subsecretario de Comercio Exterior, Luis Rosendo Gutiérrez, expresó confianza en que el T-MEC mantendrá su carácter trilateral. El funcionario mexicano señaló que “la verdad es que desde hace 30 años los temas en nuestro acuerdo de libre comercio entre los tres países se han dado en muchas ocasiones de manera bilateral y luego los tres países llegan a una a un consenso en los temas”, indicando que el formato actual ya incorpora elementos de negociación bilateral dentro del marco trilateral.

Gutiérrez ilustró su punto con ejemplos concretos: “el comercio de aguacate interesa a México y Estados Unidos, que el comercio de tomate interesa a las tres naciones y que el comercio de madera importa a Canadá y Estados Unidos”. Estas dinámicas comerciales específicas demuestran la complejidad de las relaciones económicas en la región y cómo diferentes sectores involucran a distintas combinaciones de países dentro del bloque norteamericano.

El subsecretario mexicano afirmó con convicción: “Yo tengo confianza en que el Tratado va a seguir existiendo entre los tres países, y de eso estamos platicando en las mesas de negociación (…) Tenemos que encender bien la narrativa política”. Esta declaración sugiere que México anticipa que el T-MEC conservará su estructura trilateral, aunque reconoce la necesidad de manejar cuidadosamente los aspectos políticos y comunicativos relacionados con el acuerdo.

La propuesta de Trump llega en un momento particularmente delicado para las relaciones comerciales en Norteamérica, con elecciones presidenciales próximas en Estados Unidos y crecientes tensiones en varios sectores económicos. El futuro del T-MEC tendrá implicaciones significativas para las cadenas de suministro regionales, los flujos de inversión y la competitividad de América del Norte frente a otros bloques económicos globales como la Unión Europea y las economías emergentes de Asia.

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Filiberto Cruz

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