Durante su discurso ante la Knéset este lunes en Jerusalén, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, pidió al primer ministro israelí Benjamin Netanyahu aceptar la victoria militar y no reanudar la guerra en Gaza, tras el reciente acuerdo de alto el fuego alcanzado con Hamás. En un mensaje enfocado en consolidar la paz en Oriente Medio, Trump aseguró que Israel “ha ganado todo lo que podía por la fuerza de las armas” y llamó a transformar esas victorias en “el premio final de paz y prosperidad”.
El discurso de una hora, descrito como largo y sinuoso, estuvo marcado por llamados reiterados a consolidar la tregua y evitar nuevas operaciones militares. Trump enfatizó que “más guerra solo degradaría el legado de Netanyahu” e instó a su anfitrión a ser recordado como el líder que selló la paz. “Bibi, serás recordado por esto mucho más que si hubieras mantenido esto en marcha”, dijo, refiriéndose al alto el fuego vigente.
En un gesto inesperado, el mandatario estadounidense pidió públicamente al presidente de Israel, Isaac Herzog, que concediera un indulto a Netanyahu en su juicio por corrupción, señalando que era momento de “reconciliación y unidad nacional”. El comentario provocó reacciones inmediatas dentro del recinto, aunque Trump mantuvo su tono conciliador, reconociendo los logros militares de Israel y destacando el papel estadounidense en la mediación de la tregua.
Trump afirmó que el futuro de la región debe basarse en alianzas económicas y diplomáticas, no en el conflicto. “Nuevos lazos de amistad, cooperación y comercio unirán Tel Aviv con Dubái, Haifa con Beirut, Jerusalén con Damasco, Israel con Egipto, Arabia Saudita con Qatar, India con Pakistán, Indonesia con Irak, Siria con Bahréin, Turquía con Jordania, Emiratos Árabes Unidos con Omán y Armenia con Azerbaiyán”, declaró ante los legisladores israelíes.
El presidente estadounidense insistió en que su mensaje no era de presión, sino de reconocimiento. “Solo quiero felicitarlos por tener el coraje de decir: ‘Ya está. Ganamos, y ahora disfrutemos de la vida’”, expresó en uno de los pasajes más citados de su intervención.
La postura de Trump contrasta con las declaraciones de Netanyahu, quien antes del discurso advirtió que la campaña militar en Gaza “no ha terminado” y que podrían ser necesarias “nuevas operaciones” contra Hamás. Sin embargo, los comentarios del mandatario estadounidense fueron interpretados como un intento de consolidar el acuerdo de alto el fuego impulsado por Washington, Egipto y Qatar.
En paralelo, más de 20 líderes mundiales llegaron este lunes a Sharm el-Sheikh, ciudad egipcia a orillas del Mar Rojo, para participar en una cumbre sobre Gaza copresidida por Trump y el presidente egipcio Abdel Fattah el-Sisi. El encuentro busca fortalecer los esfuerzos de paz y estabilidad en Oriente Medio y concluir con una ceremonia de firma de la paz.
Entre los asistentes confirmados se encuentran el primer ministro británico Keir Starmer, el presidente francés Emmanuel Macron, el canciller alemán Friedrich Merz, la primera ministra italiana Giorgia Meloni y el presidente del Gobierno de España Pedro Sánchez. También asistirán el presidente turco Recep Tayyip Erdogan y el secretario general de la ONU António Guterres, según informaron fuentes diplomáticas.
La cumbre representa el siguiente paso del proceso diplomático iniciado tras la liberación de los últimos rehenes israelíes en Gaza y la excarcelación de prisioneros palestinos, acordados durante la primera fase del alto el fuego. El objetivo declarado es consolidar una paz duradera que ponga fin a casi dos años de hostilidades entre Israel y Hamás y abra la puerta a la reconstrucción de la Franja de Gaza bajo supervisión internacional.
Con su discurso, Trump busca reafirmar el liderazgo estadounidense en el proceso de paz y dejar clara su posición: que Israel debe pasar “de la victoria militar a la victoria diplomática”, transformando el conflicto en una oportunidad histórica de reconciliación regional.