Mezcala no existe. Pero huele. A corrupción, a placer barato, a cadáveres que nadie reclama. En su primera serie para Netflix, Luis Estrada no suaviza nada. Luis convierte la novela de Jorge Ibargüengoitia en una serie que huele a pólvora, a sudor, a deseo transaccional. Aquí no hay nostalgia: hay podredumbre con banda sonora. Estrada …