La política mexicana alcanzó esta semana un nuevo clímax de decadencia. No fue en la tribuna del Senado, sino en el escenario paralelo donde los reflectores se alimentan del ridículo. Alejandro “Alito” Moreno, dirigente nacional del PRI, quiso soltarle un puñetazo a Gerardo Fernández Noroña, presidente de la Mesa Directiva, en pleno recinto legislativo. Y …