Sindicatos realizan mil protestas contra políticas laborales de Trump

Sindicatos y organizaciones aliadas realizan más de mil actos de resistencia y solidaridad laboral en todo Estados Unidos esta semana, bajo la consigna “Trabajadores sobre multimillonarios”, en repudio a las políticas del gobierno de Donald Trump que incluyen despidos de empleados federales, eliminación de derechos sindicales para más de un millón de trabajadores públicos, recortes al gasto social y medidas contra inmigrantes. Las protestas, que incluyen marchas, mítines y acciones de protesta, comenzaron el jueves en Washington con la participación de 500 personas y se extenderán hasta el Día del Trabajo, celebrado el primer lunes de septiembre.

La Federación Estadounidense del Trabajo y Congreso de Organizaciones Industriales (AFL-CIO), junto con organizaciones sociales y políticas aliadas, coordina las movilizaciones en cientos de ciudades desde Alaska hasta Florida y desde California hasta Maine. Sam Epps, presidente del consejo de la federación laboral de Washington, declaró durante un mitin inaugural: “Estamos aquí hoy para el arranque de la temporada de la solidaridad, exigir el apoyo a gente trabajadora y no a multimillonarios”. Los manifestantes demandan la recuperación de empleos federales eliminados, la restauración de derechos de negociación colectiva y el cese de redadas y arrestos masivos de inmigrantes.

La respuesta sindical surge en un contexto de debilidad histórica del movimiento laboral estadounidense. Según datos del Departamento de Trabajo, solo el 10% de la fuerza laboral pertenece a un sindicato, comparado con el 20% de hace 45 años. Mientras el 32% de los trabajadores del sector público están sindicalizados, apenas el 6% de los empleados del sector privado cuenta con representación gremial. Liz Shuler, presidenta de AFL-CIO, enfatizó que el enfoque de las protestas está en las acciones locales: “Esto se trata de organización orgánica de bases e intencionalmente queríamos que se realizara fuera de Washington, ya que todos están sintiendo el impacto”.

El gobierno de Trump ha intensificado su ofensiva contra los derechos laborales con una orden ejecutiva que anula los derechos de negociación colectiva para empleados en seis agencias federales, lo que representaría la eliminación sindical más grande en la historia de Estados Unidos. Esta medida contrasta con la proclama presidencial del Día del Trabajo, que llama a “honrar las contribuciones y resiliencia de los estadounidenses trabajadores”.

Líderes sindicales como Otis Johnson, del gremio nacional de trabajadores federales, manifestaron optimismo frente a la movilización: “Estamos listos, organizados y vamos a ganar”. Jaime Contreras, vicepresidente ejecutivo del Sindicato Nacional de Trabajadores de Servicios (SEIU), destacó la contribución de los inmigrantes: “Documentados o no, los trabajadores inmigrantes son vitales para nuestra economía local y nacional”.

En ciudades como Chicago y Los Ángeles, las protestas también responden al despliegue de tropas federales. Stacy Davis Gates, presidenta del sindicato de maestros de Chicago, declaró: “No necesitamos una fuerza ocupante. Tenemos que reafirmar la democracia, anclada en el bien común”. David Huerta, líder del SEIU en California, afirmó que está naciendo un movimiento de solidaridad contra los ataques a trabajadores e inmigrantes.

Keya Chatterjee, directora de Free DC y organizadora ambientalista, calificó la situación en Washington como una “ocupación” y afirmó: “Este Día del Trabajo es el principio del fin del régimen de Trump”. Cecily Myart Cruz, presidenta del sindicato de maestros de Los Ángeles (UTLA), llamó a una acción inmediata: “Este es el momento para derrotar la oligarquía y el autoritarismo”.

Las protestas incluyen acciones creativas como “cacerolazos” nocturnos y se enmarcan en una estrategia de resistencia que combina demanda de derechos laborales, defensa de inmigrantes y oposición a las políticas de recorte social.

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Filiberto Cruz

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