El ciclista mexicano Isaac del Toro concluyó en el séptimo lugar de la prueba de ruta en el Campeonato Mundial de Ciclismo celebrado en Ruanda, en una competencia donde destacó por su labor de apoyo al esloveno Tadej Pogacar, quien se alzó con la victoria tras un ataque a cien kilómetros de la meta. La dupla formada por Del Toro y Pogacar, compañeros en el UAE Team Emirates, funcionó a la perfección para dejar a más de un minuto de distancia al resto del pelotón en una carrera de 267 kilómetros caracterizada por temperaturas inclementes y alta humedad en el país africano conocido como “la tierra de las mil colinas”.
Pogacar demostró su superioridad al entrar en completa soledad a la meta después de seis horas, 21 minutos y 20 segundos de competencia, mientras el belga Remco Evenepoel cruzó la línea un minuto y veinte segundos más tarde. Las extremas condiciones del recorrido destrozaron las piernas de los competidores, resultando en solo poco más de treinta ciclistas culminando la prueba, mientras más de un centenar abandonaron a lo largo de la exigente carrera. El mexicano Del Toro logró mantenerse entre los mejores a pesar del esfuerzo descomunal requerido.
El momento decisivo ocurrió cuando los corredores se aproximaban al muro de Kigali, una colina salvaje y empinada que ralentizó significativamente la competencia. En ese punto, el temerario Del Toro salió disparado del pelotón con Pogacar pegado firmemente a su rueda, estableciendo una fuga que nadie más pudo seguir cuando aún restaban cien kilómetros por recorrer. Durante 35 kilómetros, quedó en evidencia que los entrenamientos conjuntos realizados por el mexicano y el esloveno en su equipo profesional habían preparado esta estrategia específica, trabajando más como una unidad cohesionada que con sus respectivos equipos nacionales.

Esta colaboración resultó ser un arma de doble filo para Del Toro, ya que el ritmo infernal lo impuso Pogacar, demostrando sus extraordinarias condiciones atléticas. Después de un considerable tramo de carrera, se hizo evidente la diferencia entre el rostro impasible del esloveno y los gestos de esfuerzo y dolor que comenzaban a aparecer en el semblante del mexicano. Finalmente, las piernas de Isaac no aguantaron más el ritmo y cuando faltaban 65 kilómetros para el final, quedó rezagado de Pogacar, quien a partir de ese momento emprendió una hazaña en solitario que parecía imposible incluso para los estándares del ciclismo de élite.
El segundo lugar correspondió al belga Remco Evenepoel, otro ciclista excepcional que, a pesar de cambiar dos veces de bicicleta y llegar a estar a tres minutos de los perseguidores, logró reponerse admirablemente. El corredor belga mostró evidentes signos de enfado por tener que utilizar su bicicleta de repuesto, lo cual lo rezagó considerablemente. A 75 kilómetros del final, volvió a cambiar a su vehículo principal y desde ese punto inició una remontada espectacular que lo llevó a cruzar la meta con una diferencia de un minuto y 29 segundos respecto al ganador.
El tercer puesto fue para el irlandés Ben Healy, quien demostró una notable capacidad de resistencia al mantenerse en el grupo de perseguidores y lanzar un ataque cerca de la meta que le aseguró el lugar en el podio. La estrategia de Healy contrastó con la de otros favoritos que no pudieron responder al temprano ataque de la dupla Pogacar-Del Toro, evidenciando lo impredecible de las carreras de un día como el Campeonato Mundial.
Al término de la competencia, Pogacar reconoció el esfuerzo de su compañero de equipo: “Las subidas fueron muy duras. Lo que esperábamos era armar un pequeño grupo y a partir de ahí plantear la carrera. Pero se dio sólo con Isaac del Toro. Un sueño porque aunque cada quien trabaja para su país, somos compañeros de equipo. Al final me quedé solo”. El esloveno también reveló que durante el trabajo de equipo con Del Toro, el mexicano le manifestó que sentía problemas estomacales debido al esfuerzo extremo, lo que eventualmente contribuyó a que no pudiera mantener el ritmo hasta el final.
La séptima posición de Isaac del Toro representa un logro histórico para el ciclismo mexicano en una competencia mundial, demostrando que puede competir al más alto nivel junto a los mejores corredores del planeta. Su desempeño en Ruanda consolida su reputación como uno de los jóvenes talentos más prometedores del ciclismo internacional y su capacidad para desempeñar roles tácticos complejos en las carreras más exigentes.
El Mundial de Ciclismo en Ruanda será recordado no solo por la victoria dominante de Pogacar, sino también por la exhibición de trabajo en equipo transpuesto a competencias nacionales. La carrera también destacó las extremas condiciones que pueden presentarse en el ciclismo mundial, con temperaturas y humedad que pusieron a prueba los límites físicos de incluso los atletas mejor preparados, resultando en una de las tasas de abandono más altas en la historia reciente del campeonato mundial ya que solo 30 ciclistas terminaron la competencia.