Un agente federal estadounidense, Edwin López, fue el responsable de diseñar una estrategia para lograr la captura del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, según una investigación difundida por la cadena Univision.
El plan se originó en 2024, cuando un informante acudió a la embajada de Estados Unidos en República Dominicana asegurando tener información sobre las aeronaves presidenciales venezolanas.
López, quien en ese momento se desempeñaba como agregado de seguridad y agente de Investigaciones de Seguridad Nacional del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), asumió la dirección de la operación. Su objetivo era convencer al piloto personal de Maduro para que trasladara al mandatario a un país donde pudiera ser arrestado legalmente.
De acuerdo con el informe, el agente habría prometido una fortuna millonaria al piloto si aceptaba colaborar con la detención. Sin embargo, el plan fracasó cuando este rechazó la oferta.
“Los venezolanos no somos traidores”, respondió el piloto, según la fuente citada por Univision.

La revelación coincide con el anuncio del ministro del Interior venezolano, Diosdado Cabello, quien informó el lunes pasado sobre la detención de cuatro personas presuntamente vinculadas a un plan de falsa bandera de la CIA, en el contexto de los ejercicios militares estadounidenses en Trinidad y Tobago.
El gobierno de Caracas afirmó haber desmantelado una célula criminal que, según sus investigaciones, planeaba atacar el buque estadounidense USS Gravely en aguas del Caribe con el fin de culpar a Maduro y justificar una intervención militar.
“Me informan de tres personas que capturaron de la CIA”, dijo Cabello en declaraciones a medios estatales.
Operación militar en el Caribe y tensión creciente
Desde agosto de 2025, Estados Unidos ha desplegado siete buques de guerra en el Caribe y uno en el Golfo de México como parte de una operación antidrogas, que el gobierno venezolano interpreta como una acción dirigida contra Maduro y su administración.
Las maniobras militares han resultado en el bombardeo de diez presuntas narcolanchas, con un saldo de 43 muertos, según datos divulgados por autoridades regionales.
Washington sostiene que el objetivo de estas operaciones es combatir el tráfico de drogas, mientras que Caracas las considera un pretexto para desestabilizar al gobierno y apropiarse de los recursos naturales del país.
“Buscan derrocarnos y robar nuestro petróleo”, ha insistido Maduro en recientes declaraciones públicas.

Venezuela cuenta con las mayores reservas petroleras del mundo y continúa enfrentando las sanciones impuestas en 2019 por el entonces presidente estadounidense Donald Trump. Pese a ello, ha mantenido la exportación de crudo mediante mecanismos de triangulación y ventas con descuento en el mercado negro.
El negocio petrolero sigue activo
A pesar de las restricciones, las operaciones de Chevron, empresa estadounidense autorizada por Washington para operar en Venezuela, no se han detenido.
Según fuentes del sector energético citadas por la agencia AFP, también continúan las actividades de los llamados “shadow tankers” o barcos fantasmas, embarcaciones que navegan sin identificación clara y que permiten el transporte de crudo sancionado.
“Los estadounidenses no pueden evitar verlos, los dejan circular… el negocio continúa”, explicó una fuente del sector petrolero.
El director de la firma Orinoco Research, Elías Ferrer, confirmó que incluso los buques sancionados siguen operando y que bloquearlos implicaría afectar los intereses de otros países.
Actualmente, la producción petrolera venezolana supera el millón de barriles diarios, un aumento de 100,000 barriles respecto a finales de 2024, de acuerdo con la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).
La vicepresidenta y ministra de Hidrocarburos, Delcy Rodríguez, celebró recientemente un crecimiento del 16% en la actividad petrolera, destacando que gran parte del crudo se vende a China.
Sin embargo, especialistas advierten que mayor producción no significa más ingresos, ya que Venezuela vende con descuentos de entre 10 y 20% para sortear las sanciones.
“Todo depende del contexto geopolítico. Si la situación es estable, el descuento ronda el 10%; si no, llega al 20%”, explicó Tamara Herrera, de la firma Síntesis Financiera.
Perspectivas y tensiones futuras
El despliegue militar estadounidense en el Caribe ha generado especulaciones sobre posibles escenarios de intervención o negociación.
Una fuente diplomática cercana a la relación Washington-Caracas indicó que el futuro de la crisis venezolana podría depender de los objetivos estratégicos de Donald Trump, quien ha expresado su intención de repatriar migrantes venezolanos, garantizar el suministro de petróleo y reducir la influencia china en América Latina.
“No necesariamente necesita que Maduro se vaya, aunque probablemente le gustaría”, señaló la fuente.
Por su parte, Elías Ferrer considera que Estados Unidos podría mantener las exenciones petroleras mientras mantiene la presión militar y las sanciones sobre otros sectores.
“Es factible que las petroleras sigan operando, incluso con la flota en el Caribe”, afirmó.
Las revelaciones sobre la operación fallida para arrestar a Nicolás Maduro y el creciente despliegue militar de Estados Unidos en la región añaden nuevas tensiones a una relación marcada por años de sanciones, acusaciones y competencia geopolítica.





