Los ingresos por remesas hacia México sumaron 29,576 millones de dólares en el primer semestre de 2025, lo que representa una disminución del 5.6%, según datos publicados por el Banco de México (Banxico). El reporte mensual reveló que solo en junio el flujo fue de 5,201 millones de dólares, un 16.2% menos que en el mismo mes de 2024, marcando así tres meses consecutivos de contracción en este rubro clave para la economía mexicana.
El banco central detalló que, aunque el monto promedio por transacción aumentó ligeramente a 409 dólares en junio (frente a los 405 de mayo), el número total de operaciones cayó un 14.3% interanual, indicando una reducción en la cantidad de envíos desde el exterior. En el acumulado de los últimos doce meses, las remesas retrocedieron a 62,996 millones de dólares, registrando su primer descenso significativo después de los niveles récord alcanzados en 2023 y 2024.
Banxico precisó que el 99.1% de las transferencias se realizaron por medios electrónicos, mientras que solo el 0.7% llegó en efectivo o especie y el 0.2% restante mediante giros postales. En contraste, los egresos por remesas (dinero enviado desde México al extranjero) sumaron 587 millones de dólares en el semestre, mostrando una contracción del 14.5% respecto al mismo periodo del año anterior.
Esta disminución en las remesas ocurre en un contexto económico global complejo, donde factores como la desaceleración en Estados Unidos -principal origen de estos flujos- y cambios en las políticas migratorias podrían estar influyendo en la capacidad de envío de los migrantes mexicanos. Analistas económicos señalan que la tendencia a la baja, particularmente marcada en los últimos tres meses, podría reflejar presiones inflacionarias en los países de destino que reducen el poder adquisitivo de los trabajadores migrantes.

El comportamiento de las remesas es clave para la economía mexicana, ya que históricamente han representado una de las principales fuentes de divisas, superando incluso a ingresos por exportaciones petroleras o turismo. En 2024, estos flujos habían alcanzado niveles sin precedentes, por lo que la actual contracción genera atención entre especialistas y autoridades.
Por estados, las entidades que tradicionalmente reciben mayores remesas (como Michoacán, Guanajuato y Jalisco) podrían verse particularmente afectadas por esta tendencia descendente. Sin embargo, Banxico aún no ha proporcionado el desglose regional correspondiente al primer semestre de 2025.
La caída en las remesas coincide con un periodo de ajuste en las políticas monetarias globales y cierta desaceleración económica en Estados Unidos, donde reside la mayor parte de los migrantes mexicanos. Esto podría explicar tanto la reducción en el número de transacciones como el ligero aumento en el monto promedio, ya que algunos migrantes podrían estar optando por enviar dinero con menor frecuencia pero en cantidades más grandes.
Analistas anticipan que el comportamiento de las remesas en los próximos meses estará influenciado por factores como la temporada alta de empleo agrícola en Estados Unidos, el tipo de cambio peso-dólar y las condiciones económicas en las principales ciudades receptoras de migrantes mexicanos. Todos estos elementos podrían determinar si la tendencia a la baja se consolida o revierte en la segunda mitad del año.