POP MART no es solo una marca, es un fenómeno cultural. Lo que comenzó en 2010 en Beijing como una pequeña tienda de diseño, hoy es un imperio global del arte coleccionable. Su visión siempre fue clara: llevar el diseño a un público masivo y convertir los art toys en objetos de deseo. Y lo lograron. Con personajes como Molly, Skullpanda, Labubu o Dimoo, POP MART creó una comunidad enorme que vibra con cada lanzamiento, cada blind box y cada colaboración. En pocos años pasaron de ser una marca underground a liderar el movimiento de los coleccionables en todo el mundo.

Lo que está dando de qué hablar en el mundo de los coleccionistas, es la inauguración de la nueva tienda en Bangkok, Tailandia, justo al lado del río Chao Phraya, con más de 760 m² en dos niveles. Lo hicieron a lo grande: es la primera Global Landmark Store en el sudeste asiático.El espacio es un paraíso para coleccionistas y curiosos: estantes repletos de blind boxes, figuras exclusivas y zonas creadas para vivir la experiencia POP MART de principio a fin.

El diseño está inspirado en la cultura tailandesa: el agua, la arquitectura tradicional y esa vibra de inclusión que define al país. Y adentro no se trata solo de comprar—hay toda una experiencia. Desde la Mega Zone, el área de blind boxes, y un segundo piso inspirados en el cubo Rubik mezclado con guiños a la arquitectura tailandesa.

La joya escondida es el Pop Mart Café, el primero fuera de China, en colaboración con Greyhound Café, donde el café y los platillos cuentan historias de los personajes.
Más que una tienda, es un spot para tomarte fotos, perderte entre personajes y sentir esa emoción única de abrir una caja sin saber qué tesoro hay dentro.

La apertura marca un paso importante para la marca, porque Tailandia no solo es un punto clave en Asia, también es un país con una comunidad creativa y apasionada por el diseño. POP MART lo sabe y por eso apostó por un espacio que se siente como una mezcla de galería, juguetería premium y universo fantástico.

Con esta apertura, POP MART sigue expandiendo su magia y dejando claro que los art toys ya no son solo para coleccionistas hardcore: son cultura pop, son lifestyle y están aquí para quedarse.





