Durante 2024, en México se registraron 1 millón 672 mil 227 nacimientos, representando la cifra más baja desde el año 2020 cuando el país enfrentaba la pandemia de COVID-19. De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el 49.4 por ciento de las personas registradas fueron mujeres y 50.6 por ciento hombres, manteniendo una distribución equilibrada por sexo. Los datos de la Estadística de Nacimientos Registrados confirman una tendencia decreciente que se observa desde 2015, cuando se contabilizaban 2 millones 353 mil 596 nacimientos, evidenciando una reducción significativa en la natalidad nacional.
Las cifras actuales de nacimientos son similares a las registradas en 2020, año en que ocurrió la pandemia por COVID-19 y tanto los servicios de salud como los de registro civil implementaron cierres parciales o totales debido a la contingencia sanitaria. Esta comparación subraya la magnitud de la disminución, ya que 2020 representó un mínimo histórico atribuible directamente a las restricciones sanitarias, mientras que 2024 refleja una tendencia estructural de descenso en la natalidad mexicana. El INEGI destaca que desde 2015 se ha mantenido una disminución constante en el número de nacimientos registrados anualmente.
El análisis por entidades federativas revela marcadas diferencias en las tasas de natalidad. Chiapas registró la tasa más alta con 86.7 nacimientos por cada mil mujeres en edad fértil, seguido por Durango (58.9) y Nayarit (58.6). En contraste, la Ciudad de México presentó la tasa más baja con 32.8 nacimientos por cada mil mujeres en edad fértil, acompañada por Yucatán (38.1) e Hidalgo (38.3). Estas disparidades regionales reflejan diferentes dinámicas demográficas, socioeconómicas y culturales en el territorio nacional.
Respecto a la atención del parto, la mayoría (87 por ciento) se atendió en hospital o clínica, mientras que solamente un 4 por ciento ocurrió en domicilio particular. Este dato refleja la cobertura institucional de los servicios de salud reproductiva en el país y la preferencia mayoritaria por la atención médica profesional durante el proceso de parto. El restante 9 por ciento se distribuye en otras categorías no especificadas en el reporte oficial del INEGI.
El perfil de las madres muestra que el grupo de edad entre 20 y 24 años al momento del nacimiento representó 23.88 por ciento del total de nacimientos registrados, constituyendo el segmento más numeroso. En segundo lugar se ubicaron las mujeres entre 25 y 29 años con 22.59 por ciento, mientras que solamente 0.36 por ciento correspondió a madres menores de 15 años. Preocupa particularmente el registro de 89 mil 527 nacimientos de niñas y adolescentes entre 10 y 17 años, que representa un desafío en términos de salud pública y protección de los derechos de la infancia.
La situación conyugal declarada por las madres al momento del registro mostró que la unión libre fue la condición predominante con 48.6 por ciento del total. Le siguieron las mujeres casadas con 23 por ciento y las solteras con 15.4 por ciento. Estos datos reflejan cambios en las estructuras familiares y las preferencias de convivencia en la sociedad mexicana contemporánea, donde las uniones consensuadas superan ampliamente al matrimonio formal.
En cuanto al nivel de escolaridad, las madres reportaron principalmente secundaria con 31.4 por ciento y preparatoria con 25.5 por ciento. Los niveles de primaria y profesional tuvieron porcentajes inferiores a 15.5 por ciento cada uno. Este perfil educativo sugiere que la maternidad se concentra en mujeres con educación media básica y media superior, mientras que las mujeres con educación profesional representan una proporción menor del total de nacimientos registrados.
La tendencia a la baja en los nacimientos coincide con patrones globales de transición demográfica, donde el desarrollo económico, el acceso a métodos anticonceptivos, la mayor participación femenina en el mercado laboral y el aumento en los niveles educativos contribuyen a la reducción de las tasas de fecundidad.