Chuck Mangione, el virtuoso fliscornista y compositor que conquistó las listas de popularidad con su icónico tema instrumental “Feels So Good”, falleció a los 84 años mientras dormía en su casa de Rochester, Nueva York, según confirmó la funeraria Bartolomeo & Perreto. El músico, cuya carrera abarcó más de cinco décadas, dejó un legado que fusionó el jazz con el pop, ganando dos premios Grammy y colocándose en los primeros lugares de las listas de éxitos en los años 70.
Nacido el 29 de noviembre de 1940, Mangione alcanzó la fama mundial en 1978 cuando “Feels So Good” llegó al puesto número 4 del Billboard Hot 100, un logro extraordinario para una pieza instrumental. El tema, originalmente de casi 10 minutos, fue editado a 3:31 minutos para su difusión radial, en lo que el propio Mangione describió como una “cirugía mayor”. El álbum homónimo alcanzó el segundo lugar en el Billboard 200, sólo superado por la banda sonora de “Saturday Night Fever”.
La trayectoria de Mangione incluyó más de 30 álbumes y 14 nominaciones al Grammy, de las cuales ganó dos: por “Bellavia” (1976) como Mejor Interpretación Instrumental de Jazz, y por la banda sonora de “Children of Sanchez” (1978), que también le valió una nominación al Globo de Oro. Su música trascendió el ámbito jazzístico, siendo seleccionada para eventos como los Juegos Olímpicos de Montreal 1976 (“Chase the Clouds Away”) y Lake Placid 1980 (“Give It All You Got”).
Formado en la prestigiosa Eastman School of Music, donde luego sería profesor, Mangione comenzó su carrera como trompetista inspirado por la película “El joven de la trompeta”. Junto a su hermano Gap formó The Jazz Brothers, y más tarde se unió a los legendarios Jazz Messengers de Art Blakey por recomendación de Dizzy Gillespie. Su estilo accesible, que combinaba jazz con arreglos orquestales y melodías pop, lo convirtió en uno de los músicos más reconocibles de su generación.

Más allá de la música, Mangione ganó popularidad entre nuevas generaciones por su aparición en la serie animada “King of the Hill”, donde interpretaba una versión ficticia de sí mismo como portavoz de la tienda Mega Lo Mart, luciendo su característica gorra que se convirtió en su sello personal desde 1969.
El legado de Mangione perdura no sólo en sus grabaciones, sino en su influencia sobre generaciones de músicos que encontraron en su obra un puente entre el jazz y públicos más amplios. “Me alegra haber escrito algo que trajo alegría a millones de personas”, dijo alguna vez sobre su éxito más conocido, aunque bromeaba sobre la dificultad técnica de tocarlo en vivo debido a sus agudos desafiantes.
La noticia de su fallecimiento ha generado un torrente de homenajes en redes sociales de colegas y admiradores, que recuerdan su contribución única a la música contemporánea. Mangione deja un vacío en el mundo del jazz, pero su música, especialmente esas notas iniciales de “Feels So Good”, seguirá resonando como testimonio de su talento excepcional para crear melodías que trascendieron géneros y épocas.