En un hecho que marca un precedente en la cooperación bilateral contra el crimen organizado, la presidenta Claudia Sheinbaum confirmó este miércoles que el gobierno mexicano autorizó y solicitó expresamente el sobrevuelo de un dron estadounidense sobre el Estado de México como parte de operativos contra el cártel de La Familia Michoacana. La aeronave no tripulada, operada por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) de Estados Unidos, realizó labores de inteligencia durante varias horas en municipios como Valle de Bravo y Tejupilco, bastiones del grupo criminal.
El secretario de Seguridad, Omar García Harfuch, explicó que este tipo de colaboración se enmarca en los acuerdos bilaterales entre ambos países y respondió a una solicitud específica de las autoridades mexicanas. “No es un dron militar, son aeronaves no tripuladas que vuelan a petición expresa de alguna institución del gobierno mexicano”, precisó el funcionario durante la conferencia matutina presidencial. Sheinbaum añadió que estos apoyos se solicitan “cuando no contamos con el equipo necesario”, destacando que la operación formaba parte de investigaciones contra la delincuencia organizada.

La revelación de esta colaboración tecnológica ocurre en un contexto de creciente presión contra los grupos criminales que operan en el centro del país. Documentos internos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), filtrados en 2022 por el grupo Guacamaya, ya mostraban que las autoridades tenían identificados desde al menos 2016 los movimientos, escondites y rutas de escape de los líderes de La Familia Michoacana, particularmente de los hermanos Johnny y José Alfredo Hurtado Olascoaga. Estos informes detallaban cómo la organización utilizaba casas de seguridad junto a ríos y lanchas rápidas para evadir a las autoridades.
Expertos en seguridad nacional consultados coinciden en que el dron estadounidense probablemente recopiló información de alta precisión para identificar blancos prioritarios y estructuras logísticas del cártel. Gerardo Rodríguez Sánchez Lara, académico especializado en temas de seguridad, explicó que México viene aprovechando diversas capacidades tecnológicas ofrecidas por Estados Unidos, que incluyen no solo vigilancia aérea sino también interceptación de comunicaciones y monitoreo satelital. “Hay magnífica cooperación entre la Sedena, que opera el SECABI (centro de control aéreo mexicano), y las autoridades estadounidenses”, señaló.
Sin embargo, el combate a estos grupos se ha complicado por el desarrollo de contramedidas tecnológicas por parte de los cárteles. La Familia Michoacana, según reportes de inteligencia, ha adquirido equipos de interferencia (jammers) capaces de bloquear señales de drones, lo que obliga a utilizar aeronaves más sofisticadas que operen a mayor altitud. Esta escalada tecnológica en la guerra contra el narcotráfico ha llevado a una mayor dependencia de equipos y capacitación proporcionados por Estados Unidos.
La operación conjunta se enmarca en una estrategia más amplia que incluyó recientemente un megaoperativo en 11 municipios del Estado de México, donde se realizaron 52 cateos y se detuvo a siete presuntos integrantes del cártel. Las investigaciones revelaron que la organización obligaba a comerciantes y pobladores a comprar productos sobrevaluados en establecimientos controlados por el crimen organizado, desde materiales de construcción hasta alimentos básicos.

Analistas como Javier Oliva destacan lo inusual de hacer pública este tipo de colaboraciones, que tradicionalmente se manejan de forma clasificada. El experto señaló que, al tratarse de un dron operado por una agencia civil como la CBP y no por el ejército estadounidense, se reducen los cuestionamientos sobre soberanía nacional. No obstante, subrayó la necesidad de establecer protocolos más claros para que México pueda anticiparse a las acciones criminales en lugar de solo reaccionar a ellas.
El gobierno mexicano ha insistido en que esta cooperación se mantiene dentro de un marco de respeto a la soberanía nacional y responde a necesidades operativas específicas. La presidenta Sheinbaum enfatizó que todas las acciones derivadas de la inteligencia recabada serán ejecutadas exclusivamente por autoridades mexicanas. Este episodio podría marcar el inicio de una nueva fase en la colaboración bilateral contra el crimen organizado, particularmente en regiones donde grupos como La Familia Michoacana han establecido fuertes redes de control territorial y económico.