La secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales de México, Alicia Bárcena Ibarra, presentó oficialmente la Tercera Contribución Determinada a Nivel Nacional (NDC 3.0) durante la Sesión Plenaria de la Cumbre Climática de Líderes en la COP30, que se celebra en esta ciudad brasileña. La funcionaria destacó que el documento establece la ruta integral para acelerar la descarbonización de la economía mexicana y avanzar hacia un modelo de desarrollo más justo, incluyente, sostenible e innovador, como parte del compromiso del país para combatir el cambio climático a nivel global.
Durante su intervención en la trigésima Conferencia de las Partes, Bárcena Ibarra enfatizó el deber del Gobierno de México para fortalecer la adaptación climática mediante soluciones basadas en la naturaleza. Subrayó la particular vulnerabilidad y relevancia de la región al señalar: “Nuestra región es responsable tan solo de 11 por ciento de las emisiones globales de gases de efecto invernadero y, sin embargo, es una de las más vulnerables y una de las que tiene la mayor biodiversidad, tanto marina como terrestre”. Esta afirmación contextualizó la urgencia de la acción climática ambiciosa, transformadora e integral que promueve la administración mexicana.
La NDC 3.0 presentada por la delegación mexicana contiene una meta de mitigación específica para el año 2035, la cual se enmarca en una visión de largo plazo que funge como una “brújula que orienta los esfuerzos para alcanzar emisiones netas cero a mediados del siglo”. En este compromiso de carácter no condicionado, México se obliga a alcanzar un pico máximo de emisiones netas que oscilará entre 364 y 404 millones de toneladas de carbono equivalente. “Esto representa una reducción de más de 50 por ciento con respecto al escenario tendencial”, afirmó con precisión la titular de la Semarnat ante el pleno de líderes mundiales.

El plan presentado, detallado en un comunicado oficial de la Secretaría, resalta la importancia crítica de la adaptación como uno de sus elementos principales. Este componente está integrado dentro del denominado “Plan México para prevención, seguridad alimentaria y energética”, una estrategia diseñada también para la conservación de la biodiversidad, la gestión sustentable del agua y la protección de la infraestructura crítica nacional frente a los impactos climáticos. La adaptación, por lo tanto, se consolida como un pilar estructural dentro de la política climática del país.
Más allá de los objetivos técnicos de reducción de emisiones, la secretaria Bárcena ahondó en el enfoque social de la NDC 3.0, explicando que busca “poner a las personas en el centro de la acción climática”. Este eje transversal incorpora de manera explícita principios de igualdad de género, derechos humanos y el concepto de transición justa. El documento reconoce de forma particular a los pueblos indígenas, afromexicanos, mujeres y juventudes como grupos poblacionales que se encuentran especialmente expuestos y vulnerables a las consecuencias adversas del cambio climático, requiriendo por ello atención y protección específicas.
Al concluir su participación, la diplomática mexicana lanzó una advertencia sobre la necesidad de actuar con celeridad, una reflexión dirigida a la comunidad internacional reunida en la COP30. “Cada retraso se traduce en pérdidas y daños irreparables, en vidas humanas, en ecosistemas devastados y en comunidades en riesgo”, concluyó Bárcena Ibarra. Con la presentación de esta NDC 3.0, México no solo actualiza sus compromisos climáticos en línea con el Acuerdo de París, sino que posiciona su postura sobre la imperiosa necesidad de una acción climática inmediata y con dimensión social, en un contexto global donde América Latina, siendo un emisor minoritario, enfrenta riesgos climáticos desproporcionados.





