La gobernadora de Veracruz, Rocío Nahle García, confirmó este jueves que dos personas fallecieron y entre 25 mil y 30 mil habitantes resultaron afectados por las inundaciones y deslaves provocados por las intensas lluvias que han azotado el norte del estado durante los últimos días. Las labores de rescate se mantienen activas con la participación del Ejército, Marina y Guardia Nacional, especialmente en municipios como Poza Rica y Álamo, donde el desbordamiento del río Cazones ha causado estragos considerables.
Durante una entrevista, la mandataria estatal detalló los trágicos decesos registrados. La primera víctima mortal ocurrió en la sierra de Zongolica, específicamente en el municipio de Los Reyes, donde una persona quedó atrapada por un derrumbe. El segundo fallecimiento se registró en Papantla, donde un elemento policial perdió la vida al intentar rescatar a una familia en medio de la emergencia. “Solamente hemos tenido dos muertes: una en Los Reyes, por un derrumbe, y otra en Papantla, de un policía que intentó salvar a una persona”, declaró Nahle García de manera contundente.

Respecto al número de personas impactadas por la contingencia, la gobernadora fue precisa en sus estimaciones. “Lo más importante es salvaguardar la seguridad de la gente. Estamos hablando de entre 25 mil y 30 mil personas afectadas”, precisó durante su informe. En cuanto a la situación hidrológica, Nahle indicó que el río Cazones en el norte de Veracruz ya comenzó a descender su nivel, aunque el impacto de las lluvias ha sido severo y extenso en la región.
La situación es particularmente crítica en Poza Rica, donde se estima que aproximadamente el 35% de la población se encuentra dentro de la zona afectada por las inundaciones. Como consecuencia, alrededor de 700 personas han tenido que ser albergadas en refugios temporales habilitados por las autoridades, donde reciben alimentación y atención básica mientras las aguas retroceden y se evalúan los daños en sus viviendas.
La coordinación entre las distintas dependencias de seguridad y protección civil ha sido fundamental para la atención de la emergencia. La gobernadora detalló que el Ejército Mexicano, la Marina Armada de México, la Guardia Nacional y Protección Civil estatal y federal se mantienen desplegados en labores de rescate, vigilancia preventiva y distribución de alimentos entre la población damnificada. Este operativo interinstitucional busca cubrir las necesidades más urgentes de las familias afectadas.

En el municipio de Álamo, donde se reportan aproximadamente 5 mil viviendas con afectaciones de diversa consideración, se han instalado cocinas comunitarias y refugios temporales donde se brinda atención integral a las familias desplazadas por la fuerza de las aguas. “Ya se enviaron catres, colchones y alimentos. El Ejército montó cocinas para dar de comer a la gente. Contamos con todo el apoyo de la presidenta de México”, aseguró Nahle durante su declaración a los medios de comunicación.
Mientras tanto, en la zona serrana del estado, la comunidad otomí del municipio de Texcatepec enfrenta una situación crítica luego de quedar completamente incomunicada por deslaves y daños severos en las carreteras tras las intensas lluvias registradas en la zona norte de Veracruz. El Ayuntamiento de Texcatepec y las autoridades comunitarias otomíes de sus 18 localidades emitieron un llamado urgente de apoyo ante el colapso de sus vías de comunicación.
De acuerdo con reportes oficiales del municipio, se contabilizan al menos 20 deslaves en las brechas de comunicación que conectan las comunidades de la parte baja del municipio, sumados a afectaciones estructurales en los puentes de acceso a la localidad de Tzicatlán. En la zona cercana a la cabecera municipal se registran 15 deslaves adicionales, lo que incomunica completamente a Texcatepec con los municipios vecinos de Zacualpan y Huayacocotla, impidiendo tanto el tránsito de vehículos particulares como el acceso de vehículos de ayuda humanitaria.

Hasta el momento se reportan daños en al menos 30 viviendas dentro del municipio de Texcatepec, además de afectaciones considerables en caminos rurales, puentes peatonales y vehiculares, y servicios básicos como la energía eléctrica y el suministro de agua potable. La incapacidad para transitar por las vías terrestres mantiene a esta comunidad indígena en situación de vulnerabilidad extrema, sin posibilidad de recibir ayuda por tierra mientras persisten las condiciones meteorológicas adversas en la región.
Frente a esta crítica situación en toda la región norte de Veracruz, el gobierno del estado mantiene activo un operativo de auxilio en apoyo a los afectados por las inundaciones. Las labores se concentran en atender los estragos causados principalmente por los desbordamientos del río Cazones y las inundaciones registradas en los municipios de Poza Rica y Álamo, donde la coordinación entre distintas dependencias gubernamentales sigue siendo crucial para llevar ayuda humanitaria a las zonas más golpeadas por este temporal que continúa afectando a miles de familias veracruzanas.