La empresa española Iberdrola anunció este miércoles la venta de sus activos energéticos en México a la compañía Cox Energy por 4,200 millones de dólares. La transacción incluye seis parques eólicos, tres solares y varias centrales eléctricas de gas y cogeneración que la multinacional operaba en territorio mexicano, según confirmó la propia empresa en su portal web.
Este movimiento ocurre semanas después de que medios españoles reportaran la posible salida de Iberdrola del mercado mexicano. La presidenta Claudia Sheinbaum había abordado el tema días atrás en su conferencia matutina, asegurando que de confirmarse la salida, no se debería a falta de certeza jurídica. “Las reglas actuales están muy claras para que puedan desarrollarse”, declaró la mandataria, aunque señaló que el gobierno exige que las sociedades de autoabastecimiento “se pongan en regla”.
Sheinbaum recordó que durante el gobierno de Carlos Salinas de Gortari se modificó la Ley de Energía Eléctrica para crear esquemas de autoabastecimiento que calificó como ilegales. “Se generaba energía por una empresa en un lugar y en otro lugar se compraba energía eléctrica”, explicó la presidenta, criticando estos mecanismos implementados en los años noventa.
La venta a Cox Energy, especializada en agua y energías renovables, marca el final de la presencia de Iberdrola en México después de años de operaciones. La empresa española había sido una de las principales generadoras privadas de electricidad en el país, con inversiones significativas en energías limpias y convencionales.

El diario español El Confidencial había revelado previamente, según fuentes cercanas al caso, que Iberdrola preparaba su salida definitiva de México. Ante estos reportes, Sheinbaum pidió cautela: “Vamos a ver primero si es cierta esta noticia y si es cierta que expliquen por qué”. La mandataria insistió en que México ofrece certeza jurídica para la inversión privada en generación eléctrica.
La transacción con Cox Energy representa uno de los movimientos más significativos en el sector energético mexicano en los últimos años. Analistas del sector consideran que esta operación podría reconfigurar el panorama de la generación privada de electricidad en el país, particularmente en el segmento de energías renovables donde Iberdrola tenía una presencia destacada.
El gobierno mexicano no se ha pronunciado oficialmente sobre la venta, pero fuentes cercanas a la Secretaría de Energía indicaron que seguirán de cerca el proceso para garantizar que cumpla con toda la regulación aplicable. Las autoridades energéticas tendrán que revisar y aprobar la transferencia de los permisos y contratos asociados a los activos vendidos.
Esta operación ocurre en un contexto de transformación del sector eléctrico mexicano, donde el gobierno federal ha impulsado una política de fortalecimiento de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) como principal actor del mercado. La administración actual ha mantenido que respeta la inversión privada, pero insiste en que debe operar dentro del marco legal establecido.
Por su parte, Cox Energy adquiere una cartera significativa de activos renovables que le permitirá posicionarse como un jugador relevante en el mercado energético mexicano. La empresa española tendrá el desafío de operar estos activos en un entorno regulatorio que ha generado preocupación entre algunos inversionistas internacionales.
El cierre de esta transacción está sujeto a la aprobación de las autoridades competentes en México y España, así como al cumplimiento de otras condiciones habituales en operaciones de esta magnitud. Se espera que el proceso complete todas sus etapas en los próximos meses, según indicaron fuentes cercanas a la negociación.