La organización Conibio Global reportó el hallazgo de dos ejemplares de delfines muertos junto con restos del cohete Starship de SpaceX, incluyendo un tanque de propulsión y fragmentos plásticos, en aproximadamente 20 kilómetros de la playa Bagdad en Matamoros, Tamaulipas. Este descubrimiento se produce tras el undécimo vuelo de prueba del cohete y su amerizaje en aguas del Golfo de México, lo que había generado advertencias previas sobre el posible impacto negativo en la fauna marina de la región, ubicada dentro de un área natural protegida.
Elías Ibarra, presidente de Conibio Global y médico veterinario, señaló que “hoy es un día triste para nuestra costa. Ya comenzó a llegar basura espacial a Playa Bagdad, y con ella, delfines muertos que presentan signos alarmantes”. El activista ambiental detalló que uno de los ejemplares será enviado a un laboratorio de patología para analizar sus órganos y confirmar si su muerte está relacionada con la reciente explosión del cohete, aunque afirmó que “todo indica que sí hay relación”.

Tras el undécimo vuelo de prueba del cohete Starship de SpaceX y su amerizaje en aguas internacionales, Conibio Global registró el varamiento de un delfín muerto, mientras que el otro continúa en el agua. La organización ha documentado meticulosamente la llegada de desechos espaciales a las costas mexicanas, un fenómeno que según Ibarra ya no se contabiliza por miles sino por millones de fragmentos flotando con las olas.
Elías Ibarra destacó que también se encontró un tanque de propulsión de 3.61 metros de largo, el cual pesa alrededor de 250 kilos, así como dos tipos de plástico, uno negro de caucho y otro blanco. “Es el cilindro más grande que hemos tenido. Conforme se encontró el cilindro, que fue temprano, empezaron a llegar pedazos de fragmentos de pedazos plásticos blancos que forman parte del recubrimiento interno del propulsor”, explicó el presidente de la organización ambiental.

El activista proporcionó una línea de tiempo detallada sobre la llegada de los desechos: “Para la mañana, eran 36 horas del lanzamiento, y para esta tarde, que han transcurrido 48 horas ya tenemos la presencia de basura en más de 20 kilómetros de Playa Bagdad, es decir, playas mexicanas con presencia de basura espacial por segundo ocasión”. Esta situación representa la continuación de un problema documentado en lanzamientos anteriores del cohete Starship.
Por la mañana, el activista acusó que Protección Civil municipal pretendía llevarse los restos del tanque de propulsión, lo que es competencia de la autoridad federal. Finalmente quedó bajo resguardo de personal de la Secretaría de Marina, como evidencia del daño que los lanzamientos de prueba, realizados por la compañía del magnate Elon Musk, deja en el lado mexicano, un área natural protegida.

Ibarra contextualizó la gravedad del incidente al señalar que “está sucediendo en costas de Tamaulipas, en el área de protección flora y fauna Laguna Madre y Delta Río Bravo, que sin duda alguna repercute en el plan binacional para la recuperación de la tortuga lora”. El área afectada se localiza dentro del área natural protegida de carácter binacional, donde en el lado de Texas se denomina Laguna Madre y del lado mexicano es el área natural protegida Laguna Madre y Delta del Río Bravo.
Junto con personal de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), Elías Ibarra llevó a cabo la toma de muestras del delfín nariz de botella, como cráneo, corazón, hígado, pulmón, y tejidos de piel enrojecidos “que nos dan información que posiblemente se puede tratar de quemaduras por explosión”. Estas muestras fueron enviadas a la Facultad de Veterinaria de la Universidad Autónoma de Tamaulipas, la cual se encargará de realizar la necropsia correspondiente.

El presidente de Conibio Global expuso su teoría sobre lo ocurrido: “Nuestra teoría es que probablemente fue una muerte por el impacto directo del cohete, por la explosión, y porque justamente está llegando con la basura espacial”. Ibarra fundamentó esta hipótesis al explicar que “recordemos que las explosiones son muy grandes, son 200 toneladas de combustible, que obviamente esto genera un impacto negativo al arrecife de esta zona, a los grupos de peces, a las especies de aves migratorias y a nuestro programa de conservación de tortugas Lora, y ahora a los delfines que reportamos”.
Este lunes, activistas de la organización protestaron nuevamente en aguas mexicanas, frente a la base de lanzamiento del mega cohete Starship de SpaceX del magnate Elon Musk. La Starbase se sitúa al sur de Texas, a las afueras de Brownsville en Estados Unidos, en la frontera con México, cuyos lanzamientos anteriores dejaron toneladas de basura espacial en la zona, lo que motivó protestas de protectores de tortugas marinas.

La organización civil hizo un llamado contundente: “Como organización civil, nos compete hacer este llamado, recabar más pruebas para que se empodere al gobierno mexicano, a la Profepa, y a la Semarnat y en su momento la presidenta Claudia Sheinbaum, para que ella pueda ejercer esta denuncia internacional que ha hecho mención en la conferencia mañanera”. Este territorio está considerado por la Ley de Conservación de Humedales de América del Norte, y forma parte de la Red hemisférica de reservas para aves playeras, cuyas actividades ponen en riesgo a especies como el ocelote, tortugas marinas, manatíes y aves.
El lunes, tras el lanzamiento y amerizaje exitoso, la organización confirmó que el propulsor no cayó en el lado mexicano, sino que cayó en aguas internacionales. Sin embargo, acusaron que si bien, en ese momento, los restos del cohete no cayeron del lado mexicano, la basura espacial estaría flotando en aguas del Golfo de México, afectando a la diversidad de fauna marina. Los activistas declararon que “esto no es solo contaminación, es una amenaza directa a la vida marina, a nuestros ecosistemas y a nuestro país”, exigiendo la intervención inmediata de las autoridades ambientales mexicanas.