Lo que parecía ser una simple publicidad inmobiliaria terminó destapando una de las controversias históricas más oscuras de Argentina. La Justicia allanó el pasado martes una propiedad en Mar del Plata luego de que en un anuncio de venta apareciera una pintura robada durante el Holocausto por el oficial nazi Friedrich Kadgien, quien se refugió en el país sudamericano tras la Segunda Guerra Mundial.
La obra en cuestión es el “Retrato de una dama”, del pintor italiano Giuseppe Ghislandi (1655-1743), confiscada en Ámsterdam durante la ocupación nazi a la galería del comerciante judío Jacques Goudstikker, uno de los casos más emblemáticos de expolio cultural de la época.
El hallazgo por accidente
El descubrimiento se produjo de una manera tan inesperada como singular. Periodistas del diario holandés AD identificaron la pintura en fotografías de un anuncio publicado por la inmobiliaria Robles Casas & Campos, en el que se ofrecía a la venta una residencia en la costa atlántica argentina.
En una de las imágenes, la obra podía verse colgada en el salón principal, justo encima de un sillón verde. La publicación fue retirada poco después, pero el hallazgo puso en marcha un operativo internacional.
La Interpol emitió una alerta y la policía argentina allanó la vivienda perteneciente a Patricia Kadgien, familiar directa del exoficial nazi, quien falleció en Buenos Aires en 1978.

Operativo sin resultados
A pesar de la expectativa generada, durante el allanamiento las autoridades no encontraron la pintura ni rastros de otras piezas señaladas. Los investigadores señalaron que, además del retrato atribuido a Ghislandi, en las imágenes de la casa también se alcanzaba a ver una obra del pintor alemán Abraham Mignon, reconocido por sus bodegones florales.
Ambas piezas se mantienen en paradero desconocido, lo que abre un nuevo capítulo en la larga lista de obras de arte robadas por los nazis que aún siguen dispersas en colecciones privadas o circulando en el mercado negro.
Friedrich Kadgien, el oficial que saqueó colecciones
Kadgien fue un alto funcionario del régimen de Adolf Hitler y está señalado como responsable de la apropiación de numerosas obras de arte mediante saqueos y ventas forzadas a ciudadanos judíos durante la ocupación alemana en los Países Bajos.
Entre sus víctimas figura la familia Goudstikker, cuyo patrimonio artístico fue uno de los más expoliados en la Europa ocupada. Parte de esa colección ha sido recuperada en las últimas décadas gracias a reclamos internacionales, pero muchas piezas permanecen desaparecidas.

Argentina como refugio de nazis
El caso reabre el debate sobre el papel de Argentina como destino de numerosos nazis tras el fin de la guerra. Durante el gobierno de Juan Domingo Perón (1946-1955), el país se convirtió en refugio de criminales de guerra que escapaban de la justicia internacional.
Entre ellos, se documenta la llegada de figuras como Adolf Eichmann, capturado en Buenos Aires por el Mossad en 1960; Josef Mengele, conocido como “el ángel de la muerte”; y Eduard Roschmann, apodado “el carnicero de Riga”.
Además de buscar anonimato, muchos trajeron consigo bienes saqueados: oro, documentos bancarios, muebles, esculturas y, como muestra este nuevo episodio, obras de arte de gran valor histórico y cultural.
Juicios y memoria
Tras la revelación de los campos de exterminio, los Juicios de Núremberg intentaron establecer justicia para los crímenes del régimen nazi. Sin embargo, la huida masiva de colaboradores y oficiales a Sudamérica dificultó el alcance de esa justicia.
Se estima que miles de nazis lograron escapar a países como Argentina, Chile, Paraguay, Uruguay y Brasil, donde vivieron durante décadas bajo identidades falsas o con apoyo de redes que facilitaron su ingreso.
La Enciclopedia del Holocausto recuerda que el genocidio nazi acabó con la vida de seis millones de judíos, además de millones de civiles perseguidos por razones políticas, étnicas o religiosas.
Un caso que sigue abierto
Aunque el operativo en Mar del Plata no logró recuperar la pintura, especialistas en patrimonio cultural consideran que el hallazgo podría ser clave para rastrear otras obras desaparecidas. El hecho de que la pieza haya salido a la luz en un anuncio inmobiliario sugiere que aún existen colecciones privadas con arte saqueado durante la guerra.
Las autoridades argentinas, en colaboración con la Interpol y organismos culturales internacionales, continuarán las investigaciones para determinar el destino de las obras atribuidas a Kadgien y, en caso de ser halladas, proceder a su restitución a los herederos de sus legítimos propietarios.