Opinión | Feminicidios: ¿cuántas Karlas más?

Por Enrique Hernández Alcazar

Karla tenía 28 años. Quería terminar una relación. Su agresor, presunta expareja, no aceptó ese “no”. La enfrentó en plena calle, sacó un rifle AR15 de su camioneta y le disparó en la cara, a quemarropa. En Guadalajara. Frente a los vecinos. Frente a las cámaras de vigilancia. Frente a un país que ya no se inmuta.

La escena, captada por una cámara de seguridad, se viralizó por morbo, sí. Pero también, en menos casos lamentablemente, porque retrata con precisión el estado de las cosas en México: los feminicidios son delito cotidiano y, más gravemente, son delito normalizado.

La Fiscalía de Jalisco investiga. El gobernador promete justicia. La presidenta condena. Pero ¿Cuántas veces hemos escuchado ese guion? ¿Cuántas Karlas más van a morir antes de que el Estado deje de simular que le importa? ¿Cuántas más antes de que exista una verdadera estrategia de seguridad? ¿Cuántas más que quedarán en el sistema de justicia del 98% de impunidad?

Este crimen no es un caso aislado. En mayo, también en Jalisco, la influencer Valeria Márquez fue asesinada a balazos en plena transmisión en vivo desde su salón de belleza en Zapopan. Tenía 23 años. Era emprendedora, modelo, creadora de contenido. El agresor entró, disparó y huyó. La Fiscalía también investiga. También prometió justicia. Seguimos esperando.

Según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, entre enero y mayo de 2025 se han registrado 274 feminicidios en México. Jalisco ocupa el tercer lugar nacional, con 10 casos en ese periodo. Pero la cifra real podría ser mucho mayor: apenas uno de cada cuatro asesinatos de mujeres se investiga como feminicidio.

La impunidad es la regla. El acceso a armas de alto calibre, como el fusil usado contra Karla, es cada vez más común. ¿Cómo es que cualquier hombre puede portar un AR-15 en plena calle sin que el Estado lo detecte? ¿Por qué no se investiga la relación entre violencia feminicida y crimen organizado, especialmente en regiones como Jalisco, donde el Cártel Jalisco Nueva Generación tiene fuerte presencia?

La violencia contra las mujeres no es solo física. Es institucional. Es mediática. Es cultural. Es esa narrativa que culpa a la víctima por “provocar” al agresor. Es ese sistema judicial que duda, que revictimiza, que encubre. Es esa sociedad que pregunta qué hizo ella para merecerlo.

Karla no murió por una bala. Valeria no murió por exponerse en redes. Las asesinaron en un país donde ser mujer es un riesgo permanente. Donde el sistema permite que hombres armados caminen con odio y con permiso para matar.

Karla, Valeria y cientos más mueren a diario en México simplemente por ser mujeres.

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Redacción

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