Los funcionarios de la Reserva Federal realizaron este miércoles su segunda reducción consecutiva de tasas de interés para respaldar un mercado laboral en enfriamiento y anunciaron que dejarán de reducir su cartera de activos el 1 de diciembre. En su comunicado posterior a la reunión, los responsables de política monetaria de Estados Unidos reiteraron que “el crecimiento del empleo se ha desacelerado” y señalaron que “los riesgos para el empleo aumentarán en los últimos meses”, mientras describieron el crecimiento económico como “moderado” y afirmaron que la inflación “ha aumentado respecto a comienzos de este año y se mantiene algo elevada”.
El Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) votó 10 a 2 a favor de reducir el rango objetivo para la tasa de fondos federales en un cuarto de punto porcentual, estableciéndolo en un nivel de 3.75 por ciento a 4 por ciento. Esta decisión representó la segunda reducción consecutiva después del recorte realizado el mes pasado, que había marcado la primera disminución de tasas en el año tras una marcada desaceleración en la contratación que generó preocupaciones sobre la solidez del mercado laboral estadounidense.
La votación mostró divisiones entre los funcionarios de ambos extremos del espectro de política monetaria. El gobernador Stephen Miran, quien se unió al banco central el mes pasado y está en licencia no remunerada de su cargo como presidente del Consejo de Asesores Económicos de la Casa Blanca, se volvió a discrepar y fue partidario de un recorte mayor, de medio punto porcentual. Por otro lado, el presidente de la Fed de Kansas City, Jeff Schmid, dijo que habría preferido no reducir las tasas, a pesar de haber apoyado el recorte del mes pasado, reflejando las diferentes perspectivas dentro del organismo sobre el ritmo adecuado de relajación monetaria.
La decisión de este miércoles era ampliamente esperada luego de que el presidente de la Fed, Jerome Powell, señalara a comienzos de mes que el empleo podría debilitarse aún más. Powell había indicado que una caída adicional en las vacantes laborales “podría muy bien reflejarse en un aumento del desempleo”, preparando el terreno para una nueva acción de política monetaria en respaldo al mercado laboral. El presidente de la Fed ofreció una conferencia de prensa a las 2:30 pm en Washington para explicar los fundamentos de la decisión del comité.
Sin embargo, los funcionarios están divididos sobre cuánto más deberían relajar la política monetaria en los próximos meses. Varios miembros han advertido contra bajar los costos de endeudamiento demasiado rápido, mientras la inflación sigue por encima del objetivo del 2 por ciento de la institución. Las proyecciones publicadas el mes pasado mostraron que 9 de los 19 responsables de política esperaban como máximo un recorte adicional este año, incluidos siete que no prevén más reducciones en 2025, indicando un posible freno en el ciclo de relajación monetaria.
El comunicado también reconoció que el cierre actual del gobierno ha limitado su acceso a datos económicos actualizados. Al describir el mercado laboral, los funcionarios se refirieron específicamente a la tasa de desempleo “hasta agosto”, destacando las limitaciones informativas que enfrentan. La labor de la Fed se complica cada vez más, ya que los funcionarios deben tomar decisiones sin contar con gran parte de los datos económicos que suelen utilizar, pues el cierre ha frenado o retrasado la publicación de informes sobre empleo, precios, gasto y otros indicadores clave.
No obstante, los responsables de política recibieron la semana pasada un informe retrasado sobre el índice de precios al consumidor, que mostró que la inflación subyacente aumentó en septiembre al ritmo más lento en tres meses. Las cifras probablemente fueron bien recibidas por quienes se preocupan por las presiones inflacionarias, aunque la inflación núcleo avanzó 3 por ciento interanual, aún por encima del objetivo de la Fed, manteniendo la tensión entre el apoyo al empleo y el control de precios.
En materia de balance, la Fed anunció que detendrá la reducción de su cartera de activos a partir del 1 de diciembre, cerrando un proceso iniciado en 2022. Desde entonces, el banco central ha reducido más de US$2 billones en bonos del Tesoro y valores respaldados por hipotecas, llevando su saldo por debajo de US$6,6 billones, el nivel más bajo desde 2020. Este programa de reducción de balance había comenzado después de que el banco central estadounidense realizara compras de activos por varios billones de dólares para sostener la economía tras la pandemia, luego de reducir su tasa de referencia casi a cero, completando así un ciclo de normalización de su política monetaria no convencional.





