La Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos decidió recortar su tasa de interés de referencia en 25 puntos base, ubicándola en un rango entre 4% y 4.25%, marcando el inicio de su ciclo de ajustes a la baja para este año luego del último recorte realizado en diciembre de 2024.
El banco central estadounidense justificó su decisión señalando que los datos económicos mostraron señales de moderación en el crecimiento de la actividad económica durante el primer semestre del año, acompañado por una desaceleración en el aumento del empleo y un ligero incremento en la tasa de desempleo que aún se mantiene en niveles bajos.
En un comunicado oficial, la Fed explicó que “en apoyo de sus objetivos y a la luz del cambio en el equilibrio de riesgos, el Comité decidió reducir el rango objetivo para la tasa de los fondos federales”. La institución reaffirmó su compromiso de “lograr el máximo empleo e inflación a una tasa del 2 por ciento en el largo plazo”, aunque reconoció que “la incertidumbre sobre las perspectivas económicas sigue siendo elevada” y que “la inflación ha aumentado y sigue siendo algo elevada” respecto a su objetivo meta.

El anuncio se produce después de meses de presión del presidente Donald Trump, quien había exigido públicamente reducir el costo del dinero para estimular la economía estadounidense. Los mercados anticipaban con un 100% de probabilidad un recorte en la tasa de referencia, con un 96% de expectativas a favor de un ajuste de al menos 25 puntos base. La Fed también confirmó que continuará reduciendo sus tenencias de títulos del Tesoro, deuda de agencias y títulos respaldados por hipotecas de agencias como parte de su política de normalización monetaria.
Los miembros del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) manifestaron que permanecerán atentos a los riesgos en los indicadores económicos, particularmente aquellos que pudieran afectar negativamente los niveles de empleo.
La decisión unánime refleja la evaluación cuidadosa de las condiciones económicas actuales, donde el crecimiento moderado y las presiones inflacionarias persistentes crean un escenario complejo para la política monetaria. Este movimiento inicial sugiere que la Fed podría continuar con más recortes graduales durante el año, dependiendo de la evolución de los datos económicos y el comportamiento de la inflación hacia el objetivo del 2%.