El director del Buró Federal de Investigaciones (FBI), Kash Patel, identificó al autor del tiroteo en Minneapolis como Robin Westman y calificó el ataque como un acto de terrorismo doméstico y crimen de odio contra católicos. El hecho ocurrió esta mañana de miércoles dentro de la Iglesia de la Anunciación, donde estudiantes de 4 hasta 8 años de la escuela religiosa atendían una misa. Westman asesinó a dos niños de 8 y 10 años, hirió a otros 14 menores y a 3 adultos, siete de ellos con lesiones graves, antes de quitarse la vida en el estacionamiento del lugar.
Según el jefe del Departamento de Policía de Minneapolis, Brian O’Hara, Westman disparó contra los asistentes a la misa a través de las ventanas de la iglesia católica. El atacante, identificado como un hombre que nació con el nombre de Robert Westman, perpetró el tiroteo mientras los estudiantes participaban en la celebración religiosa dentro del inmueble que también alberga las aulas de docencia desde kínder hasta octavo grado. Luego de cometer los disparos, salió del edificio católico y se suicidó en el estacionamiento del lugar.

Kash Patel confirmó a través de su cuenta oficial en la plataforma X que el FBI está investigando esta balacera como un acto de terrorismo doméstico y como un crimen de odio dirigido específicamente contra católicos. El director del organismo federal aseguró que continuarán investigando y actualizando al público y a los familiares de las víctimas sobre el resultado de las pesquisas, las cuales al estar catalogadas como terrorismo doméstico y crimen de odio adquieren un enfoque investigativo diferente.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, expresó sus condolencias a los familiares de las víctimas y condenó el acto, asegurando que su gobierno llegará al fondo de las razones por las cuales se llevó a cabo el ataque. La tragedia ocurrida en la Iglesia de la Anunciación representa uno de los tiroteos más significativos clasificados como crimen de odio religioso en los últimos tiempos, con un saldo de dos menores fallecidos y diecisiete personas heridas, varias de ellas en estado grave.

Las autoridades continúan investigando los motivos exactos detrás del ataque y los antecedentes del agresor, mientras la comunidad de Minneapolis se encuentra en estado de shock por la violencia dirigida contra niños durante una ceremonia religiosa. El FBI mantendrá su investigación activa para determinar si existieron factores adicionales que motivaron el ataque y para proporcionar respuestas completas a las familias afectadas por esta tragedia.