La fiscalía de Estados Unidos determinó no buscar la pena de muerte en contra de los hermanos Miguel Ángel y Omar Treviño Morales, alias “El Z40” y “El Z42”, exlíderes de la organización criminal Los Zetas con base en Tamaulipas, México. La decisión fue comunicada mediante una carta enviada al juez Trevor McFadden de la corte federal de Washington D.C. por Sophia Suárez, jefa en funciones de la Sección de Narcóticos y Drogas Peligrosas del Departamento de Justicia estadounidense.
El documento, presentado este 12 de septiembre, establece que “la fiscal general ha autorizado y ordenado a esta oficina no perseguir la pena de muerte contra el acusado Miguel Treviño Morales y el acusado Omar Treviño Morales”. Los hermanos enfrentan múltiples cargos por tráfico de cocaína y marihuana, crimen organizado, posesión de armas de fuego y lavado de dinero en la Corte de Distrito para el Distrito de Columbia.

Washington acusa a los Treviño Morales de encabezar una sangrienta operación criminal que inundó de drogas las ciudades estadounidenses fronterizas con el noreste de México, principalmente en Texas, donde establecieron un corredor para el tráfico de marihuana y cocaína entre aproximadamente los años 2000 y 2011. La fiscalía estadounidense asegura tener al menos 4.9 millones de archivos relacionados con los hermanos, quienes lideraron la organización que originalmente fue el brazo armado del Cártel del Golfo antes de independizarse.
La próxima audiencia del caso está programada para el 14 de octubre. El equipo legal de los acusados ha experimentado cambios recientes, ya que sus principales representantes, Eduardo Balarezo y Frank Pérez, se separaron temporal e indefinidamente del caso debido a conflictos de interés por representar a otros acusados dentro de la misma causa penal. Actualmente, los abogados Michael McCrum y Daniel Goldman están al frente de la defensa de los hermanos Treviño Morales.

Los Zetas, bajo el liderazgo de los hermanos Treviño, fueron conocidos por sus métodos particularmente violentos y su control sobre rutas de narcotráfico en el noreste de México y el sur de Texas. La decisión de no buscar la pena de muerte representa un desarrollo significativo en uno de los casos de narcotráfico más prominentes que sigue activo en el sistema judicial estadounidense. Las autoridades continúan preparando el caso mientras se aproxima la fecha de la próxima audiencia en la corte federal.