Agencias de seguridad estadounidenses, incluyendo el FBI, DEA y HSI, investigan una extensa red criminal que trafica combustible robado a Petróleos Mexicanos desde el noreste de México hacia Estados Unidos, causando pérdidas estimadas en 200 millones de pesos semanales al erario mexicano.
Según información obtenida por las autoridades, la operación mueve entre 1,000 y 1,300 tanques de 30,000 litros semanales solo por los puentes fronterizos de Reynosa, Tamaulipas, evadiendo el pago de impuestos al declarar falsamente el hidrocarburo como aceite mineral.
El informe revela que la red opera en coordinación con cárteles mexicanos como el Cártel Jalisco Nueva Generación, Cártel de Sinaloa, La Familia Michoacana y Cártel del Golfo. Según la DEA, esta actividad no solo representa pérdidas millonarias para México en impuestos no cobrados, sino también afecta a empresas petroleras estadounidenses con una caída en las importaciones y exportaciones de crudo. Como respuesta, las autoridades implementaron el Operativo Top Fuel (también conocido como Muerte Líquida) para desmantelar esta red transnacional que también trafica drogas.

En Estados Unidos ya se han realizado las primeras detenciones, incluyendo a la familia Jensen de Utah, acusada de contrabandear 300 millones de dólares en crudo mexicano en colaboración con el Cártel Jalisco Nueva Generación . James y Maxwell Jensen enfrentarán juicio en 2025, en lo que sería el primer caso de este tipo en cortes estadounidenses.
Paralelamente, autoridades mexicanas han intensificado acciones contra el huachicol. Entre octubre 2024 y julio 2025, la Marina aseguró más de 14 millones de litros de combustible y desmanteló 328 tomas clandestinas. Operativos recientes incluyeron la detención de 32 personas y el aseguramiento de una red que operaba en Estado de México, Querétaro, Hidalgo y Ciudad de México, así como el histórico decomiso de 15 millones de litros en Coahuila.