El gobierno de Estados Unidos notificó este martes su decisión de retirarse nuevamente de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), apenas dos años después de reincorporarse al organismo multilateral. La portavoz del Departamento de Estado, Tammy Bruce, confirmó que la salida formal se efectuará el 31 de diciembre de 2026, argumentando que la participación en la UNESCO “no va en favor de los intereses nacionales” del país.
La decisión, anunciada simultáneamente por la viceportavoz de la Casa Blanca Anna Kelly a través de redes sociales, se enmarca en la política exterior “Estados Unidos Primero” del presidente Donald Trump. Las autoridades estadounidenses criticaron que la UNESCO promueve “causas sociales y culturales divisivas” y mantiene un enfoque excesivo en los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que calificaron como una “agenda globalista e ideológica”.
Un punto de conflicto particular mencionado en el comunicado oficial fue la membresía de Palestina en la organización, admitida como Estado miembro en 2011. El Departamento de Estado consideró esta decisión “altamente problemática” y contraria a la política exterior estadounidense, alegando que fomenta una “retórica antiisraelí” dentro del organismo.
Esta medida representa el tercer retiro de Estados Unidos de la UNESCO en su historia. La primera salida ocurrió en 1984 bajo el gobierno de Ronald Reagan y duró hasta 2003, cuando George W. Bush reintegró al país. Posteriormente, Trump había abandonado la organización durante su primer mandato (2017-2021), siendo Joe Biden quien ordenó el reingreso en 2023.

La viceportavoz Kelly reforzó la postura oficial al afirmar que el presidente Trump “siempre pondrá primero a Estados Unidos” y que la membresía en organizaciones internacionales debe alinearse completamente con los intereses nacionales. La declaración fue acompañada por un artículo exclusivo del New York Post que detallaba las razones del retiro, incluyendo acusaciones de que la UNESCO apoya causas “woke” y socialmente divisivas.
El anuncio se produce en un contexto donde la administración Trump ha mantenido una postura consistente de escepticismo hacia organismos multilaterales. Durante su primer mandato, además de abandonar la UNESCO, el gobierno republicano se retiró de la Organización Mundial de la Salud y del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, entre otros acuerdos internacionales.
La salida de la UNESCO, que se hará efectiva dentro de dos años y medio, deja abierta la posibilidad de que futuras administraciones reconsideren la posición estadounidense, como ya ocurrió tras las salidas anteriores. Sin embargo, el comunicado del Departamento de Estado enfatizó que la política exterior actual se centrará en “hacer avanzar los intereses estadounidenses con claridad y convicción”, sugiriendo que no habrá cambios inminentes en esta decisión.





