El Departamento de Guerra de Estados Unidos anunció la ejecución de un ataque militar contra una lancha en aguas internacionales del Caribe, presuntamente utilizada para transportar drogas, resultando en la muerte de tres individuos a bordo. La ofensiva, ordenada directamente por el presidente Donald Trump, se fundamentó en la clasificación del navío como operado por una Organización Terrorista Designada (OTD), según detalló el titular de la institución, Pete Hegseth.
De acuerdo con el comunicado oficial, la embestida se llevó a cabo sin que se registraran bajas o heridos entre los miembros de las fuerzas armadas estadounidenses. El secretario Hegseth afirmó que la lancha, abatida mientras realizaba actividades de tráfico de estupefacientes, fue identificada como un blanco legítimo dentro de la estrategia de interdicción marítima en el Caribe, una zona crítica para el transporte de narcóticos.
Esta movilización representa el decimoctavo ataque de esta naturaleza registrado en Latinoamérica bajo la actual administración, acumulando un saldo de 69 personas fallecidas desde el inicio de la ofensiva expandida. Estas acciones responden a la política de tolerancia cero contra el narcotráfico declarada por el presidente Trump, quien ha reiterado su compromiso de desarticular las redes que operan desde el hemisferio.
A través de un mensaje en redes sociales, el secretario Pete Hegseth reforzó el mensaje de advertencia a los grupos irregulares. El funcionario declaró que los ataques contra las supuestas ‘narcholanchas’ continuarán de manera ininterrumpida hasta que “cese el envenenamiento del pueblo estadounidense”. Esta retórica subraya la justificación principal esgrimida por el gobierno para las intervenciones militares.
