EE UU ataca presunta narcolancha en el Caribe; reportan 6 muertos del Tren de Aragua

Fuerzas estadounidenses atacaron durante la noche una presunta narcolancha en aguas internacionales del Caribe, con un balance de seis personas fallecidas, anunció este viernes el jefe del Pentágono, Pete Hegseth, quien aseguró que la embarcación operaba para el cártel Tren de Aragua y justificó la acción como parte de la guerra contra el narcotráfico que ha emprendido la Administración del presidente Donald Trump.

“Nuestros servicios de inteligencia sabían que la embarcación estaba involucrada en el contrabando de narcóticos”, afirmó Hegseth en un mensaje publicado en la red social X, en referencia al ataque que tuvo lugar en “aguas internacionales” del Mar Caribe. El secretario del Departamento de Guerra añadió una contundente advertencia: “Si eres un narcoterrorista que contrabandea narcóticos en nuestro hemisferio, te trataremos como tratamos a Al Qaeda”, reforzando la retórica que equipara a los cárteles de drogas con organizaciones terroristas.

El Ejército de Estados Unidos asegura que ha hundido nueve embarcaciones y cobrado 37 vidas en aguas del Caribe y del Pacífico durante esta nueva etapa de su ofensiva contra el narcotráfico internacional. Bajo el argumento de combatir el tráfico de drogas, la Administración Trump ha escalado su campaña contra carteles latinoamericanos a los que considera organizaciones terroristas y contra quienes ha declarado un “conflicto armado directo” que justifica sus acciones militares en aguas internacionales.

El aumento de tensiones comenzó en agosto con el despliegue de buques del Ejército estadounidense en el Caribe, inicialmente con Venezuela en el punto de mira, pero la estrategia ya se ha extendido a aguas del Pacífico involucrando también a Colombia. Tanto el gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela como el de Gustavo Petro en Colombia, ambos acusados por Trump de narcotraficantes, han denunciado estos ataques a lanchas como asesinatos y ejecuciones extrajudiciales, mientras decenas de ONG, incluyendo Amnistía Internacional, también han cuestionado las acciones de Estados Unidos por infringir el derecho internacional.

La cronología de ataques revela un patrón creciente de intervenciones militares: el 2 de septiembre, Estados Unidos anunció el primer ataque contra una embarcación, asegurando que transportaba a 11 personas del Tren de Aragua que habían salido de Venezuela con drogas hacia Estados Unidos. El 15 de septiembre siguió un segundo ataque que mató a tres venezolanos, según la versión oficial estadounidense.

El 19 de septiembre, Trump publicó en redes información sobre un tercer ataque, esta vez sin precisar el origen de la travesía, aunque República Dominicana incautó parte de la droga que presuntamente transportaba la embarcación. El 3 de octubre, el secretario Hegseth anunció el cuarto ataque en aguas del Caribe con cuatro tripulantes fallecidos, publicando un video que mostraba el momento de la explosión de la lancha.

El 14 de octubre se produjo el quinto ataque cerca de las costas venezolanas, con un saldo de seis víctimas mortales. Dos días después, el 16 de octubre, las fuerzas estadounidenses atacaron por primera vez un submarino, resultando en dos muertos y dos supervivientes que fueron trasladados a sus países de origen, Ecuador y Colombia, sin proceso legal a pesar de ser identificados como narcotraficantes por la Administración Trump.

El 17 de octubre, Estados Unidos anunció el hundimiento de una séptima lancha vinculada con la guerrilla colombiana del Ejército de Liberación Nacional (ELN), organización designada como terrorista por Washington, con tres personas fallecidas. El 21 de octubre marcó el octavo ataque y el primero en aguas del Pacífico, cerca de las costas de Colombia, con dos muertos, seguido por el noveno ataque el 22 de octubre, también en el Pacífico colombiano.

Hegseth ha reforzado la postura estadounidense al declarar que los ataques “continuarán, día tras día”, eco de la retórica de Trump, quien ha insinuado la posibilidad de trasladar estos bombardeos a zonas terrestres sin precisar ubicaciones específicas, lo que representa una escalada adicional en la estrategia de confrontación directa contra las organizaciones narcotraficantes que operan desde América Latina hacia Estados Unidos.

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Filiberto Cruz

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