EE.UU. ataca otra presunta narco lancha en el Pacífico; hay 2 muertos

Estados Unidos realizó un nuevo ataque militar contra un buque presuntamente operado por una Organización Terrorista Designada (OTD) en aguas internacionales del Pacífico Oriental, resultando en la muerte de dos presuntos narcotraficantes, de acuerdo con un comunicado oficial del Departamento de Guerra. La ofensiva, ejecutada en las últimas horas cerca de las costas de Colombia, marca una expansión en la campaña militar que la administración actual ha desplegado en Latinoamérica para interceptar el tráfico de drogas.

El secretario de Guerra, Peter Hegseth, confirmó los detalles de la operación a través de la red social Truth Social. “Localizaremos y destruiremos todos los buques que tengan la intención de traficar drogas a Estados Unidos para envenenar a nuestros ciudadanos”, declaró el funcionario. Hegseth aseguró que la embarcación, a la que se refirió como una “narcolancha”, fue destruida y que ningún miembro de las fuerzas estadounidenses resultó herido durante el enfrentamiento. Los dos individuos a bordo del buque, identificados como supuestos narcoterroristas, fallecieron en el acto.

La publicación oficial fue acompañada por un video que muestra el momento del ataque, proporcionando una evidencia visual sin precedentes de las tácticas empleadas por el Comando Sur de los Estados Unidos. La grabación, de corta duración, muestra el preciso impacto contra la embarcación, la cual se presume estaba cargada con alijos de drogas con destino al mercado norteamericano. Esta transparencia mediática forma parte de una estrategia comunicacional para demostrar la efectividad y determinación de las operaciones.

Con este nuevo bombardeo, la ofensiva estadounidense denominada “guerra contra el narcotráfico” suma un total de 17 ataques letales y 66 personas fallecidas. La campaña se inició con el despliegue de fuerzas militares cerca de las costas de Venezuela en el Caribe y se ha extendido recientemente hacia las aguas del Pacífico Oriental, específicamente en zonas aledañas a Colombia. Este desplazamiento geográfico indica una adaptación táctica para perseguir las rutas del narcotráfico que se reconfiguran ante la presión inicial en el Caribe.

El anuncio de este ataque se produce en un contexto de escalada declarada por el propio gobierno. A finales de la semana pasada, diferentes medios de comunicación estadounidenses reportaron que el Pentágono se estaría preparando para posibles ataques a objetivos terrestres. Esta posible ampliación del teatro de operaciones surgió luego de que el ex presidente Donald Trump, principal promotor de la estrategia, asegurara que el tráfico de drogas por mar había sido “controlado” en gran medida, sugiriendo la necesidad de nuevas fases en la confrontación.

La reiteración de operaciones en aguas internacionales ha generado un amplio debate sobre el marco legal y las implicaciones de soberanía en la región. Sin embargo, las autoridades estadounidenses insisten en que todas sus acciones se enmarcan en la lucha contra organizaciones designadas como terroristas por su país, lo que, según su interpretación, justifica el uso de la fuerza letal en aguas internacionales para proteger la seguridad nacional.

La efectividad a largo plazo de esta campaña de interceptación marítima sigue siendo objeto de análisis por parte de observadores internacionales. Mientras el gobierno de Estados Unidos presenta cada ataque como un golpe significativo a las cadenas de suministro de drogas, expertos independientes cuestionan si esta estrategia puramente militar puede abordar las complejas causas estructurales del narcotráfico, como la demanda en el mercado interno y la corrupción en los países de tránsito. No obstante, la administración actual mantiene su postura de una respuesta contundente y unilateral como método disuasivo principal.

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Filiberto Cruz

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