El secretario de Economía, Marcelo Ebrard, reconoció que la próxima revisión del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), prevista para enero de 2026, “no será fácil”. No obstante, el funcionario federal aseguró que México llega a esta etapa con una relación sólida y de diálogo cercano con las autoridades comerciales de Estados Unidos, lo que constituye una base fundamental para reducir la incertidumbre para las inversiones en el país.
Durante su participación en un evento de la Bolsa Institucional de Valores (BIVA) en Estados Unidos, Ebrard detalló que en los últimos meses se ha construido una relación estrecha con la Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos (USTR) y con la Secretaría de Comercio de ese país. “En estos meses, hemos construido una relación estrecha con la secretaría de Comercio y con la USTR, con Jamieson Greer y con Howard Lutnick. Y puedo decir que hoy tenemos conversaciones muy cercanas (…) así que soy realmente optimista ahora, pero puedo ver que no serán fáciles los próximos meses y la revisión del T-MEC”, afirmó el titular de Economía.
El secretario destacó la frecuencia y cercanía de los contactos actuales, señalando: “Tal vez soy el visitante más constante de la USTR, ya me abren la puerta antes de llegar. Tenemos pláticas muy cercanas y amistosas cada semana”. Este canal de comunicación abierto, según expuso, es un pilar crucial para el proceso que se avecina.

Ebrard explicó que la revisión del tratado estará marcada por temas complejos, entre los que se incluyen las nuevas reglas propuestas por la administración del presidente Donald Trump y la necesidad inherente de modernizar el acuerdo para responder a los próximos años de integración regional en América del Norte.
El optimismo expresado por el secretario se sustenta en varios factores clave. En primer lugar, destacó que México es el principal cliente de Estados Unidos, al comprar más productos que China, Alemania y Japón juntos. Además, subrayó que la presidenta Claudia Sheinbaum mantiene una relación “efectiva y compleja” con Trump, una dinámica que hasta ahora ha logrado evitar decisiones adversas para los intereses comerciales de México.
Un elemento central que jugará a favor, según Ebrard, es la existencia de un objetivo común con Estados Unidos: fortalecer la seguridad de las cadenas de suministro y la competitividad de América del Norte frente a otras regiones del mundo. Esta visión compartida sobre la integración regional y la resiliencia económica proporcionaría un terreno común para las negociaciones.
De manera interna, el secretario se refirió al llamado Plan México, una estrategia que busca preparar al país con una mayor organización productiva, menor dependencia de Asia y más inversiones en sectores estratégicos como energía, vivienda e infraestructura. Como parte de este plan, recientemente se anunció la creación de 15 centros de desarrollo que funcionarán como polos para atraer capital y brindar certeza a las empresas que operan en el territorio nacional.
“El próximo año habrá menos incertidumbre que en la primera parte de este, y esperamos más inversión privada dentro del marco del Plan México”, puntualizó Ebrard. Esta base interna de certidumbre y promoción de la inversión, sumada a la relación bilateral, conforman el escenario desde el cual México enfrentará la compleja revisión del T-MEC en 2026.





