El reciente incidente de acoso contra la Presidenta Claudia Sheinbaum ha puesto en evidencia una crisis nacional de violencia de género, al sumarse a los más de 9,930 casos de acoso u hostigamiento sexual que mujeres han reportado en lo que va del año, según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP). Este episodio, ocurrido en la vía pública, refleja la realidad que vive el 45.6% de las mexicanas, quienes han sufrido algún tipo de violencia sexual en espacios públicos de acuerdo con la última Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH).
La Ciudad de México, escenario del incidente contra la mandataria, concentra 1,107 casos de acoso sexual en 2024, la cifra más alta a nivel nacional. Esta situación se enmarca en un panorama más amplio de violencia contra las mujeres, donde siete de cada diez han sufrido algún tipo de violencia a lo largo de su vida, según cifras del INEGI. Es crucial destacar que esta estadística oficial sólo contempla a quienes han podido denunciar su situación, lo que sugiere que la magnitud real del problema es considerablemente mayor.
Un factor que agrava la vulnerabilidad de las mujeres es su mayor exposición en el espacio público. Las mujeres mexicanas utilizan el transporte público cuatro veces más que los hombres, incrementando significativamente su riesgo de sufrir acoso. Este dato marca un cambio significativo en los patrones de violencia: mientras antes la mayor parte de la violencia se ejercía en el hogar, hoy ocurre predominantemente en la vía pública y en el ámbito escolar.

Expertos en seguridad y género destacan la importancia crítica de mantener y actualizar las estadísticas sobre violencia y acoso para orientar las políticas públicas de manera efectiva. “Sin cifras no hay políticas efectivas. Saber dónde, cómo y con qué frecuencia ocurre el acoso permite diseñar estrategias de prevención reales”, advierten los especialistas. Además de la mejora en la recolección de datos, se señala la necesidad de reforzar la seguridad y la iluminación en las calles como medidas preventivas básicas.
El problema del acoso sexual en México se ve exacerbado por vacíos legales significativos. A nivel federal, el acoso sexual en espacios públicos continúa sin estar tipificado como delito. Actualmente, sólo 26 estados lo reconocen como tal, mientras que en entidades como Aguascalientes, Baja California, Chihuahua, Colima, Hidalgo y Tabasco no se considera delito, creando impunidad y desprotección para las víctimas según su ubicación geográfica.
En la Ciudad de México, el problema adquiere dimensiones particularmente graves en el sistema de transporte. Estaciones del Metro como Pantitlán, Chabacano, Hidalgo y Tacubaya concentran los mayores casos de abuso y acoso sexual reportados. La magnitud real de la problemática podría ser abrumadoramente superior a las cifras oficiales, ya que según estimaciones de la ONU, por cada denuncia registrada existen más de 900 casos no reportados, indicando una grave subestimación del fenómeno.
La situación en México refleja una tendencia global. De acuerdo con la ONU, casi una de cada tres mujeres en el mundo ha sido víctima de violencia física o sexual al menos una vez en su vida. En 2023, aproximadamente 51,100 mujeres murieron a manos de sus parejas u otros familiares a nivel global. La violencia también se ha extendido al entorno digital, donde entre 16 y 58 por ciento de las mujeres jóvenes ha enfrentado agresiones en línea, ampliando los espacios donde se ejerce la violencia de género.
El incidente con la Presidenta Sheinbaum, por tanto, funciona como un recordatorio de la urgencia de abordar estructuralmente la violencia contra las mujeres en todos los espacios, desde el transporte público hasta el ámbito digital, con políticas basadas en datos precisos y con un marco legal que proteja efectivamente a las mujeres en toda la República Mexicana.





