El Banco de México (Banxico) informó este jueves que redujo su tasa de interés clave en 25 puntos base, llevándola a un 7.5%, en una decisión ampliamente anticipada por los mercados financieros. El recorte se produce un día después de que se conocieran los datos de inflación general que aceleró en la primera quincena de septiembre hasta ubicarse en 3.74%, aunque por debajo de lo previsto, mientras el índice subyacente se mantuvo por encima de la meta del banco central al alcanzar 4.26%. Con este movimiento, Banxico ha reducido su tasa referencial en 375 puntos base desde principios de 2024, marcando un ciclo de ajustes gradual después de haberla mantenido en su máximo histórico del 11.25%.
La decisión del banco central estuvo en línea con el sondeo de Reuters divulgado la semana pasada, donde la mayoría de los analistas anticipaba un recorte de 25 puntos base. Banxico justificó su determinación argumentando que “se estima que durante el tercer trimestre de 2025 la actividad económica global se habría expandido a un ritmo menor al del trimestre anterior”, añadiendo que “se sigue anticipando que la economía mundial y la de Estados Unidos se desaceleren este año y el próximo respecto de 2024”. Este contexto internacional influyó en la valoración de los espacios de política monetaria disponibles para el organismo.
El banco central mexicano también tomó en consideración la reciente decisión de la Reserva Federal de Estados Unidos, que redujo en 25 puntos base su tasa de referencia y proyecta implementar reducciones adicionales en lo que resta del año. Banxico destacó que en ese contexto, “las tasas de interés gubernamentales en Estados Unidos disminuyeron y de manera significativa las de corto plazo”, creando condiciones favorables para un ajuste monetario coordinado entre ambas economías, dada su estrecha interconexión comercial y financiera.

El ciclo de relajamiento monetario iniciado por Banxico en 2024 representa un cambio significativo en la política monetaria después de un prolongado periodo de restricción crediticia destinada a combatir las presiones inflacionarias postpandemia y los efectos de factores globales como la guerra en Ucrania. La reducción acumulada de 375 puntos base en lo que va del año refleja la gradual convergencia de la inflación hacia el objetivo permanente del banco central del 3%, aunque el componente subyacente sigue mostrando persistencia por encima de esta meta.
Los analistas habían anticipado que Banxico mantendría un ritmo cauteloso en sus recortes debido precisamente a la resiliencia del índice subyacente, que excluye los componentes más volátiles como energéticos y alimentos frescos. El hecho de que la inflación general se ubicara en 3.74% en la primera quincena de septiembre, por debajo de las expectativas del mercado, proporcionó el margen necesario para que el banco central procediera con el recorte de 25 puntos base sin generar preocupaciones sobre un relajamiento prematuro de la política monetaria.
La siguiente decisión de política monetaria del banco central se anunciará en noviembre, donde los mercados anticipan otro recorte de 25 puntos base, siempre que la inflación continúe su tendencia a la baja y no surjan nuevos shocks externos que compliquen el panorama económico. La trayectoria futura de las tasas de interés dependerá críticamente del comportamiento del tipo de cambio peso-dólar, los precios internacionales de las materias primas y la evolución de la política monetaria estadounidense, factores que Banxico monitorea de cerca en cada reunión de su junta de gobierno.