El Banco de México (Banxico) anunció este jueves un recorte de 25 puntos base en su tasa de interés de referencia, situándola en 7.25%, en lo que constituye su tercera reducción consecutiva de similar magnitud. La decisión de política monetaria, que no fue unánime, fue tomada por la Junta de Gobierno del banco central considerando la evolución reciente de la inflación, los movimientos en el tipo de cambio, la debilidad de la actividad económica y los posibles impactos ante cambios en políticas comerciales a nivel global.
El subgobernador Jonathan Heath manifestó su desacuerdo con la medida al votar a favor de mantener la tasa en el nivel previo de 7.50%. En su comunicado oficial, Banxico señaló que “hacia delante, la Junta de Gobierno valorará recortar la tasa de referencia. Tomará en cuenta los efectos de todos los determinantes de la inflación”. Esta penúltima decisión del año refleja la estrategia del instituto central, encabezado por Victoria Rodríguez Ceja, para conducir gradualmente la inflación hacia su meta puntual del tres por ciento, objetivo que se espera alcanzar hasta el tercer trimestre del próximo año.
El banco central reafirmó “su compromiso con su mandato prioritario y la necesidad de perseverar en sus esfuerzos por consolidar un entorno de inflación baja y estable”. Esta postura monetaria se produce en un contexto donde la inflación general en México registró 3.63% durante la primera quincena de octubre, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). Aunque esta cifra se mantiene dentro del rango objetivo, el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) mostró presiones específicas en algunos sectores.
Durante el periodo de medición, los productos pecuarios registraron un incremento anual de 8.27%, con alzas particularmente significativas en la carne de res (18.7%) y las vísceras de res (15.7%). Estas presiones inflacionarias sectoriales ocurren mientras analistas financieros de Kapital Bank anticipan un ligero repunte inflacionario a inicios de 2026 como resultado del ajuste en el IEPS de refrescos y otros impuestos en bienes y servicios.
Banxico identificó varios riesgos que podrían afectar el panorama inflacionario de largo plazo, aunque considera que son menores en comparación con los episodios económicos de 2021 y 2024, marcados por la pandemia de Covid-19 y la disrupción de cadenas de suministro a nivel global. Entre los principales factores de incertidumbre destacó los cambios de política económica por parte de la administración estadounidense, los cuales “siguen añadiendo incertidumbre a las previsiones sobre la inflación”.
El banco central precisó que estos efectos “podrían implicar presiones sobre la inflación en ambos lados del balance”, y mencionó otros peligros al alza como una mayor depreciación del peso mexicano, afectaciones climáticas o rupturas por conflictos geopolíticos. En contraste, señaló que la inflación general podría disminuir si se presenta una menor volatilidad en el tipo de cambio o si la actividad económica resulta menor a la anticipada.
La decisión de Banxico se enmarca en un escenario económico global caracterizado por la incertidumbre comercial y la normalización progresiva de las políticas monetarias en las principales economías. El tercer recorte consecutivo de la tasa de interés refleja la evaluación del banco central sobre las condiciones económicas actuales y su proyección de que la inflación continuará su tendencia a la baja hacia el objetivo del 3%, aunque reconoce la existencia de riesgos que requieren monitoreo constante. La próxima decisión de política monetaria, que cerrará el ciclo del año, se anticipa como crucial para definir el rumbo de las tasas de interés en 2026.





