Cuando mis hijas cumplieron 10 años, algo en mí se rompió y se reacomodó al mismo tiempo. Fue una mezcla extraña entre alegría, nostalgia, orgullo y una punzada suave de tristeza; como si cada vela en el pastel también apagara una versión anterior de nosotras. Nadie te prepara para esta etapa. Se habla mucho de …