La cifra de personas fallecidas y no localizadas a causa de las inundaciones que azotaron al menos cinco entidades del país aumentó a 70 muertes y 72 desapariciones, según informó este jueves la coordinadora nacional de Protección Civil, Laura Velázquez Alzúa. Las intensas lluvias e inundaciones han afectado a 111 municipios de Veracruz, Puebla, Hidalgo, Querétaro y San Luis Potosí, donde 183 localidades permanecen incomunicadas, particularmente en el estado de Hidalgo, mientras equipos de emergencia continúan las labores de rescate y asistencia a comunidades damnificadas.
Velázquez Alzúa explicó que, además, 183 localidades continúan incomunicadas, principalmente en Hidalgo. Esta situación dificulta las labores de evaluación de daños y la entrega de ayuda humanitaria a las poblaciones que han quedado aisladas por las crecientes de ríos y desbordamientos que han dañado infraestructura vial y de comunicaciones en las regiones más afectadas.

El Secretario de Educación Pública de México, Mario Delgado Carrillo informó este jueves durante la conferencia mañanera que en total 821 planteles educativos han sido afectados por las fuertes lluvias en México. La dimensión del impacto en la infraestructura educativa refleja la severidad de las condiciones meteorológicas que han golpeado al centro del país durante los últimos días.
Veracruz es el estado que presenta escuelas con más daños con 303, le siguen Hidalgo con 209, Puebla con 176, Querétaro con 71 y San Luis Potosí con 62. La distribución geográfica de los planteles afectados corresponde con las zonas donde se han registrado las precipitaciones más intensas y las consiguientes inundaciones que han anegado instalaciones educativas en ambos niveles de enseñanza básica y media superior.
Personal de la CNPC siguen ayudando a las comunidades damnificadas, en el Fraccionamiento La Florida y la colonia Gaviotas, participan más de 180 elementos de la Guardia Nacional, apoyados con retroexcavadoras, góndolas, volteos y camiones, para mantener limpias las calles. Mientras que en Poza de Cuero, Independencia y Villa de las Flores, el nivel del agua ha disminuido. Esta reducción en los niveles de inundación permite avanzar en las labores de limpieza y evaluación de daños en inmuebles y viviendas particulares.

El gobernador de Puebla, Alejandro Armenta Mier, declaró como “zona de desastre natural por fenómenos hidrometeorológicos” a 23 municipios que fueron afectados por las lluvias. Esta declaratoria formal permite activar recursos estatales y federales extraordinarios para atender la emergencia y posteriormente realizar trabajos de reconstrucción en las localidades que han sufrido los mayores impactos por las condiciones climáticas adversas.
Armenta Mier recomendó a los alcaldes de la zona la suspensión de actividades y ceremonias cívicas, mientras que la Secretaría de Educación (SEP) estatal deberá suspender actividades escolares en los diferentes planteles educativos hasta que no se realice la valoración de éstos por las autoridades correspondientes, además de lugares ocupados para actividades de concentración masiva. Estas medidas buscan garantizar la seguridad de la población estudiantil y evitar riesgos adicionales en instalaciones que podrían presentar daños estructurales no visibles a simple vista.
La coordinación entre los tres niveles de gobierno se mantiene activa para atender la emergencia en las cinco entidades federativas afectadas. Las labores de rescate, asistencia humanitaria y evaluación de daños continúan de manera ininterrumpida en las regiones donde las condiciones de acceso lo permiten, priorizando la atención a personas atrapadas, heridas o que han perdido sus viviendas por las inundaciones.

Los albergues temporales han sido habilitados en los municipios con mayores afectaciones para proporcionar refugio, alimentación y atención médica básica a las familias que han tenido que abandonar sus hogares debido a la crecida de ríos y cuerpos de agua. La distribución de agua potable y víveres se realiza mediante convoyes terrestres y, en algunos casos, con apoyo aéreo donde las carreteras permanecen intransitables.
Los servicios meteorológicos mantienen vigilancia constante sobre la evolución de las condiciones climáticas en las regiones afectadas, emitiendo alertas tempranas para prevenir a la población sobre posibles nuevas precipitaciones que pudieran agravar la situación actual. Los pronósticos indican que aunque las lluvias han disminuido en intensidad, la temporada de lluvias continúa su desarrollo normal para esta época del año.
La Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) ha implementado operativos especiales de vigilancia en las zonas afectadas para evitar prácticas de acaparamiento y especulación con productos de primera necesidad, garantizando el abasto regular y precios justos en los establecimientos comerciales que permanecen en operación dentro de las áreas damnificadas.
Las comisiones estatales y federales de agua mantienen monitoreo constante en presas y bordos de la región para prevenir desbordamientos que pudieran generar nuevas inundaciones en zonas pobladas. Los niveles de los principales ríos y afluentes se reportan por encima de sus promedios históricos para la temporada, aunque con tendencia a la baja en la mayoría de los casos.