Un ataque con granadas, aparentemente arrojadas desde drones, fue concretado en contra de las instalaciones de la Unidad Antisecuestros de la Delegación Playas de Tijuana de la Fiscalía General del Estado de Baja California. El ataque, ocurrido el miércoles, activó operativos y protocolos de seguridad en ambos lados de la frontera y generó enfrentamientos armados en las inmediaciones de la base ministerial después de las explosiones.
De acuerdo con la versión de agentes ministeriales, antes de las detonaciones, escucharon un fuerte zumbido y pudieron visualizar un dron sin luces sobrevolando las instalaciones de la fiscalía. Este avistamiento precedió al lanzamiento de los artefactos explosivos que impactaron las instalaciones de la unidad especializada en la investigación de secuestros.

Trascendió que los criminales arrojaron al menos tres granadas, de las cuales dos estallaron y una tuvo que ser retirada por soldados del Grupo Antibombas de la Secretaría de la Defensa Nacional; además de que tras el ataque hubo enfrentamientos armados en las inmediaciones de la base de la Unidad Antisecuestros. La intervención de las fuerzas castrenses fue requerida para garantizar la seguridad perimetral y manejar el artefacto explosivo que no detonó.
En las últimas semanas, grupos criminales que operan en la ciudad fronteriza habían advertido que atacarían instalaciones de la Fiscalía General del Estado. Estas amenazas se materializaron con el ataque directo contra la Unidad Antisecuestros, representando una escalada en las agresiones contra las instituciones de procuración de justicia en la región.

Ha habido otros ataques contra la FGE, entre ellos la quema de vehículos oficiales en Tijuana y Ensenada entre el 19 y el 21 de septiembre. Estos incidentes previos forman parte de una serie de acciones violentas dirigidas contra las autoridades estatales, creando un patrón de hostigamiento criminal contra las dependencias gubernamentales.
El ataque con drones marca una evolución en las tácticas utilizadas por los grupos delictivos en la región fronteriza, incorporando tecnología para atacar objetivos específicos desde el aire. El uso de aeronaves no tripuladas para lanzar granadas representa un desafío operativo adicional para las fuerzas de seguridad, que tradicionalmente se han enfocado en amenazas terrestres.

La respuesta de las autoridades incluyó un intenso operativo de seguridad en la zona afectada, con la participación de múltiples corporaciones policiales y fuerzas armadas. El despliegue de seguridad se extendió hacia las áreas colindantes con la Unidad Antisecuestros para prevenir posibles ataques posteriores y buscar a los responsables del incidente.
Ayer, además del intenso operativo en la zona del ataque, también hubo despliegue de agencias de seguridad estadounidense. La participación de autoridades del vecino país del norte refleja la coordinación binacional en materia de seguridad, particularmente en incidentes de alta peligrosidad que ocurren en ciudades fronterizas como Tijuana.