Bernardo Bravo Manríquez, empresario citricultor de la Tierra Caliente de Michoacán, fue asesinado y su cuerpo, con visibles huertas de tortura, fue hallado esta mañana en la zona rural de Apatzingán. Bravo Manríquez, quien tenía 40 años, fue el único productor de limón que denunció las extorsiones del crimen organizado contra empacadores, exportadores y productores del llamado “oro verde”, según confirmaron fuentes oficiales que investigan el crimen del también esposo de Amelí Gissel Navarro Lepe, presidenta del Tribunal Electoral del Estado de Michoacán.
Fuentes oficiales confirmaron el crimen de quien también era esposo de Amelí Gissel Navarro Lepe, presidenta del Tribunal Electoral del Estado de Michoacán. Una fuente policial detalló que el cuerpo “fue hallado a un costado de un rancho conocido como La Tinaja, en la carretera que comunica de Apatzingán a El Alcalde”. Este lugar corresponde a una zona rural del municipio de Apatzingán, considerado como uno de los principales productores de limón en la región de Tierra Caliente michoacana.
El fin de semana, a través de sus redes sociales, Bernardo Bravo convocó a productores de limón a reunirse en el Tianguis Limonero este lunes, para impedir la presencia de personas encargadas de imponer precios a la fruta. Mediante una videograbación en su perfil de Facebook, el citricultor había declarado hace dos días: “Vamos tener comunicación directa con los empaques…el próximo lunes no vamos a permitir el acceso a ningún corredor o coyote que esté poniendo precios por la fruta que no es de él”. Esta declaración pública representaba un desafío directo a los grupos delictivos que controlan la comercialización del limón en la región.
Tras el hallazgo, el gobierno municipal de Apatzingán lamentó los hechos de violencia ocurridos contra el empresario del Valle de Apatzingán, Bernardo Bravo Manríquez. La administración local escribió en un comunicado: “Nos solidarizamos con él, con su familia y con todas las personas que día a día trabajan con esfuerzo y esperanza por el desarrollo de nuestra tierra”. Este mensaje oficial reconoce la contribución económica del victimado al sector citrícola regional y expresa condolencias a sus familiares y colegas.
Además, condenó enérgicamente cualquier acto que atente contra la vida, la paz y el bienestar de la población. El gobierno municipal añadió en su pronunciamiento: “Como gobierno, pedimos a las autoridades competentes el pronto esclarecimiento de los hechos y justicia para quienes han sido víctimas”. Esta postura institucional refleja la preocupación por el clima de inseguridad que afecta a los productores agroindustriales en la Tierra Caliente michoacana.
La Fiscalía General del Estado de Michoacán informó que investiga el homicidio de Bernardo Bravo Manríquez, líder de la Asociación de Citricultores de Apatzingán. La dependencia estatal indicó en redes sociales: “Bravo Manríquez fue localizado sin vida este día, abordo de su vehículo, en el camino que conduce a la comunidad Los Tepetates”. Esta ubicación específica proporcionada por la fiscalía estatal coincide con la descripción inicial de las fuentes policiales sobre el lugar del hallazgo del cuerpo.
Bernardo Bravo Manríquez se había distinguido por su postura pública contra las extorsiones que sufren los productores de limón en la región de Apatzingán, uno de los principales centros citrícolas de México. Su asesinato ocurre en un contexto de creciente violencia contra empresarios agrícolas en Michoacán, donde grupos delictivos imponen cuotas ilegales a cambio de permitir la comercialización de productos como aguacate, limón y berries.
La víctima pertenecía a una familia con tradición en el cultivo de cítricos en el Valle de Apatzingán, región conocida por la producción de limón persa que se exporta a mercados internacionales. Su liderazgo en la Asociación de Citricultores lo había llevado a denunciar públicamente el acoso de grupos criminales que controlan partes de la cadena de comercialización del llamado “oro verde” por su alto valor en los mercados nacionales e internacionales.
El hallazgo del cuerpo con huellas de tortura sigue un patrón observado en otros asesinatos vinculados al crimen organizado en la región de Tierra Caliente, donde la violencia se ha incrementado en los últimos meses contra productores que se resisten a pagar extorsiones o que denuncian las actividades de grupos delictivos. Las autoridades mantienen operativos de seguridad en la zona mientras continúan las investigaciones para identificar y capturar a los responsables del homicidio.
