Durante la tarde de este martes, una estatua de bronce que representa al expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, y al fallecido magnate Jeffrey Epstein agarrados de las manos, fue colocada en el National Mall de la capital estadounidense. La obra, titulada “Mejores amigos por siempre”, ha generado inmediata controversia y ha sido utilizada por críticos de la administración republicana para exigir la publicación total de los archivos relacionados con el caso Epstein, quien murió bajo custodia en 2019.
La escultura apareció sin previo aviso en el emblemático parque nacional que se extiende desde el Capitolio hasta el monumento a Lincoln, una zona dedicada a memoriales y museos de importancia nacional. En la base de la figura, una placa contiene una leyenda que afirma: “Celebramos la larga y duradera relación entre el Presidente Donald J. Trump y Jeffrey Epstein, su amigo más cercano”. La autoría de la instalación artística no ha sido reclamada de forma pública, y su aparición sigue bajo investigación por parte de las autoridades del parque, quienes evalúan los permisos correspondientes para este tipo de intervenciones.

La elección de la ubicación no es casual. El National Mall funciona como el principal espacio público y simbólico de la nación, visitado anualmente por millones de turistas y ciudadanos. La colocación de un monumento no oficial que vincula a una figura política tan polarizante como Donald Trump con un individuo convicto por delitos graves busca generar un impacto mediático máximo. La imagen de ambos individuos tomados de la mano añade un componente visual provocador que inmediatamente capta la atención y fomenta la toma de fotografías y la discusión en redes sociales.
El hecho reactiva el debate público sobre los vínculos pasados entre Donald Trump y Jeffrey Epstein, una relación que ha sido documentada en reportajes de prensa anteriores. En el pasado, Trump mismo reconoció haber conocido a Epstein, describiéndolo en su momento como un “tipo divertido”. Los críticos argumentan que esta estatua, aunque de naturaleza claramente satírica y crítica, sirve para mantener la presión sobre la necesidad de transparencia absoluta respecto a las asociaciones de figuras públicas con el financiero fallecido.

La reacción pública en el lugar ha sido mixta. Mientras algunos transeúntes se detienen a observar la pieza con incredulidad y la fotografían, otros han expresado su desaprobación hacia lo que consideran un acto de activismo político agresivo. Por otro lado, defensores de la iniciativa consideran que es un recordatorio artístico necesario sobre las conexiones de poder que a menudo permanecen en la opacidad. La discusión se ha trasladado instantáneamente a plataformas digitales, donde la etiqueta relacionada con la polémica ha comenzado a acumular miles de menciones.
El destino inmediato de la estatua es incierto. El Servicio de Parques Nacionales, organismo responsable de la administración del National Mall, tiene políticas estrictas sobre la instalación de monumentos y obras de arte. Las regulaciones exigen un proceso de aprobación formal que, según indicaron fuentes preliminares, esta instalación no parece haber cumplido. Esto sugiere que la pieza podría ser retirada en las próximas horas o días, aunque su impacto visual y discursivo ya se ha diseminado a nivel nacional.
El caso Epstein continúa siendo un tema de intenso escrutinio judicial y mediático. Su muerte en una celda federal en agosto de 2019, oficialmente declarada un suicidio, alimentó numerosas teorías y controversias. Cualquier evento o acción que vuelva a poner el foco en las redes de contactos de Epstein genera automáticamente un terremoto político y noticioso. Esta estatua se enmarca en ese contexto, utilizando el espacio público y la simbolización de una amistad como una forma de interrogante política.





