Ante una ONU vacía Netanyahu defiende ofensiva en Gaza

El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, tomó la palabra este viernes en la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para pronunciar un discurso marcado por la polémica y la tensión diplomática. La intervención estuvo precedida por la salida de múltiples delegaciones del plenario en señal de rechazo a la postura israelí frente al conflicto en la Franja de Gaza.

Durante su participación, Netanyahu afirmó que Israel ha logrado en los últimos meses “una de las victorias más importantes de la historia” y que su país no detendrá la guerra contra Hamás. “Todavía no hemos acabado”, subrayó, al asegurar que la ofensiva continuará hasta “terminar el trabajo” en el enclave palestino.

El mandatario israelí sostuvo que su país ha destruido “la mayor parte de la máquina terrorista” del grupo islamista Hamás, al tiempo que prometió acelerar las operaciones militares. El conflicto, que se intensificó tras los ataques de Hamás, ha provocado la muerte de más de 64,000 personas en Gaza, incluidas decenas de miles de niños, según datos difundidos durante la sesión.

En su discurso, Netanyahu también destacó lo que consideró logros estratégicos de Israel en el último año, entre ellos ataques dirigidos contra el programa nuclear de Irán y la eliminación en Líbano del líder de Hezbolá, Hasán Nasralá. Estas acciones, dijo, forman parte de una estrategia regional para garantizar la seguridad de Israel frente a amenazas externas.

El primer ministro aprovechó su exposición ante los estados miembros para acusar a varios países occidentales de haber cedido a la presión de “antisemitas y radicales” al reconocer en la 80.ª sesión de la Asamblea General la existencia del Estado palestino. Entre esas naciones se encuentran Reino Unido, Canadá y Australia, que en días recientes anunciaron su reconocimiento oficial.

Netanyahu aseguró que el ejército israelí ha tomado medidas “para minimizar las bajas civiles” más que “cualquier otro ejército” y reiteró que los esfuerzos bélicos continuarán mientras Hamás mantenga rehenes en su poder. En un mensaje dirigido directamente a los cautivos, el primer ministro prometió: “No descansaremos hasta traerlos de vuelta a casa”. Sus palabras fueron transmitidas por altavoces en la Franja de Gaza, según informó el propio mandatario.

En otro punto de su intervención, rechazó de manera tajante la creación de un Estado palestino independiente, al que calificó como un “suicidio nacional” para Israel. Asimismo, calificó a la Autoridad Palestina como una institución “corrupta hasta la médula”, con lo cual descartó cualquier posibilidad de reconocimiento o negociación en los términos propuestos por la comunidad internacional.

El discurso de Netanyahu en la Asamblea General se produjo en un ambiente de división entre los estados miembros de la ONU. Mientras algunos países han endurecido su condena a la ofensiva israelí en Gaza, otros han reiterado su respaldo al derecho de Israel a defenderse frente a ataques de Hamás. La salida de delegaciones al inicio del discurso reflejó la polarización que provoca el conflicto y las posiciones encontradas sobre la solución a la crisis en Medio Oriente.

La intervención del primer ministro israelí no incluyó señales de apertura hacia una negociación de paz ni hacia la aceptación de un Estado palestino, lo que mantiene la incertidumbre sobre el futuro del conflicto. Las declaraciones dejaron claro que la ofensiva en Gaza continuará y que Israel mantendrá su rechazo a las iniciativas internacionales de reconocimiento a Palestina.

Con su discurso, Netanyahu buscó reafirmar el compromiso de su gobierno con la seguridad de Israel y enviar un mensaje tanto a sus aliados como a sus opositores: la ofensiva en Gaza no se detendrá hasta lograr lo que describe como la derrota definitiva de Hamás.

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Filiberto Cruz

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