Un nuevo video que captó el momento exacto en que los ladrones del Museo del Louvre descienden tranquilamente de un montacargas mientras transportan las joyas reales sustraídas salió a la luz este jueves, revelando detalles cruciales del audaz asalto que conmocionó a París el pasado domingo, cuando un grupo de cuatro individuos perpetró un robo “relámpago” de apenas siete minutos en el corazón del museo más visitado del mundo, llevándose consigo varias joyas históricas de la Corona Francesa.
Las imágenes, difundidas por autoridades y medios de comunicación franceses, muestran a los cuatro individuos -que se hacían pasar por obreros de mantenimiento- descendiendo tranquilamente del montacargas que habían utilizado para ascender hasta un balcón o ventana de la Galería Apolo, donde se exhibían las joyas. Los ladrones llevaban en sus manos las piezas reales recién sustraídas mientras completaban su escape por la misma ruta que utilizaron para ingresar al museo.
Así fue la huída de los ladrones del museo del Louvre por la escalera mecánica que colocaron en el exterior del museo en la calle Mitterrand en la ribera del Sena de París.
— Niporwifi © (@niporwifi) October 23, 2025
El atraco está valorado en al menos 88 millones de euros según la Fiscalía francesa.
La directora del Museo… pic.twitter.com/CSJUIFM3S8
Un video adicional captado por un turista muestra a uno de los ladrones, vestido con un chaleco amarillo de obrero, forzando o rompiendo las vitrinas con una herramienta dentro de la Galería Apolo. Según el material visual, el individuo actuó con notable calma y determinación, incluso después de que se activara el sistema de alarma del museo y se iniciara la evacuación protocolaria de visitantes ante la emergencia de seguridad.
Las imágenes de seguridad y testimonios recabados por las autoridades indican que los asaltantes escaparon exactamente por donde habían entrado, utilizando el montacargas -que habían robado previamente- para descender hasta la calle y luego huyendo en motos de alta cilindrada (scooters) que los esperaban estratégicamente en las inmediaciones del museo ubicado a orillas del río Sena.

El Ministro del Interior de Francia confirmó un detalle crucial de la investigación: durante su apresurada huida, los ladrones cometieron un error significativo al perder la Corona de la emperatriz Eugenia de Montijo, que cayó al suelo y fue recuperada -aunque con daños visibles- por las unidades policiales que acudieron al lugar tras activarse las alarmas de seguridad.
Los delincuentes lograron llevarse consigo al menos ocho joyas consideradas de “valor incalculable” y que carecían de seguro, todas ellas pertenecientes a colecciones reales de gran significado histórico para el patrimonio francés. Entre las piezas sustraídas se encuentran collares, tiaras y pendientes que pertenecieron a la emperatriz María Luisa y a las reinas María Amelia y Hortensia, además de un collar de esmeraldas y un broche relicario de inestimable valor patrimonial.
Expertos en patrimonio cultural han expresado su preocupación ante la posibilidad de que, al tratarse específicamente de joyas y no de obras de arte convencionales, las piezas robadas sean desmontadas o fundidas rápidamente para vender el oro y las piedras preciosas por separado en el mercado negro, lo que haría prácticamente imposible recuperarlas intactas y significaría una pérdida irreparable para el acervo histórico francés.

La Fiscalía de París ha puesto el caso en manos de la Brigada para la Represión del Bandolerismo (BRB), unidad especializada en la investigación de robos de alto perfil. Las pesquisas se centran actualmente en el análisis de los restos de ADN encontrados tanto en el lugar del crimen como en el montacargas abandonado por los ladrones, así como en el testimonio del dueño del vehículo elevador, quien afirma haber sido contactado por un grupo de hombres días antes del robo bajo el pretexto de necesitar el equipo para trabajos de mantenimiento.
El asalto ha generado una fuerte polémica a nivel nacional sobre los protocolos de seguridad del Louvre. El presidente Emmanuel Macron calificó el incidente como “un ataque directo al patrimonio francés” y su gobierno ya ha anunciado un proyecto de remodelación integral de la seguridad del museo, reconociendo explícitamente la existencia de “fragilidades evidentes” en los sistemas de vigilancia diseñados para proteger las colecciones nacionales de importancia histórica. La investigación continúa abierta con el objetivo de identificar y capturar a los responsables del robo que ha puesto en evidencia vulnerabilidades críticas en uno de los museos más importantes del mundo.





