Argentina despide a México en cuartos del Mundial Sub-20

La ilusión mexicana de llegar a semifinales del Mundial Sub-20 se evaporó este sábado en el Estadio Nacional Julio Martínez Prádanos, cuando Argentina venció 2-0 al Tri en un partido marcado por la solidez sudamericana y los errores tácticos del equipo que dirige Eduardo Arce.

Desde temprano, la Albiceleste se adueñó del partido. Apenas al minuto 9, Maher Carrizo abrió el marcador tras aprovechar un rebote del portero Emmanuel Ochoa.  En el segundo tiempo, Mateo Silvetti selló la victoria con un disparo cruzado al minuto 56.  México intentó reaccionar, pero careció de profundidad ofensiva y creatividad durante largos pasajes, enfrentando líneas muy replegadas de Argentina y sin capacidad para desbordarlas.

El Tri se quedó con nueve hombres: Diego Ochoa y Tahiel Jiménez vieron la expulsión cerca del cierre, lo que selló su destino.  Ya antes, México había sufrido otro golpe con la baja de un jugador por lesión, pues Alexéi Domínguez abandonó el partido en los primeros minutos.  Argentina, por su parte, supo leer el partido con madurez, cerró espacios, cuidó el balón y no dio concesiones en su defensa.

Para México fue una despedida dolorosa de un torneo en el que había generado expectativas: su fase de grupos incluyó empates ante Brasil y España, además de un triunfo ajustado ante Marruecos; en octavos aplastó a Chile 4-1. Gilberto Mora, de apenas 16 años, había sido figura destacada, autor de goles y asistencias y cargaba la esperanza de muchos.

Un planteamiento cuestionable deja al Tri sin semifinales

Claramente, Arce entregó el partido desde el planteamiento inicial. Traicionó las bases que habían hecho funcionar al equipo y que lo habían puesto en ventaja en volumen de juego durante los mejores momentos del equipo en el torneo.

Al alejar a Iker Fimbres de los carriles interiores, zona donde mejor rinde, llevándolo a la banda, y en consecuencia sacar del 11 inicial al “Chicha” Sánchez, uno de los hombres que más diferenciales habían sido en el plantel; para darle entrada a Garza, un 5 de perfil marcadamente más defensivo que Montiel, el DT azteca envió un mensaje de temor y especulación antes que de convicción.

Quiso salir “a aguantar” en lugar de proponer. Al modificar el esquema que le había funcionado (La medular compuesta por Montiel, Fimbres y Vargas) terminó anulando a Mora. Ese trío había sido clave para entregarle el balón a Gil en zonas donde pudiera generar peligro. Con el cambio en la medular, Mora se vio obligado a bajar hasta la base para recibir, sin posibilidades reales de asociación ni de encontrar profundidad, frente a un rival ya replegado.

Argentina fue contundente, pero el planteamiento mexicano les facilitó muchísimo las cosas. En ese sentido, la eliminación no parece tanto un fracaso deportivo inevitable, sino el resultado de una decisión táctica espuria, que renunció a los principios que habían resultado en la mejor versión del cuadro tricolor.

Un aprendizaje: dejar crecer a Mora

Si algo positivo puede sacarse de esta eliminación, es el reconocer la necesidad de bajar la presión sobre Gilberto Mora. Estamos tan ávidos de un nuevo ídolo, uno que no hemos tenido desde hace década, que olvidamos que Mora, a pesar de sus incuestionables condiciones, sigue siendo un niño de 16 años terminando de forjar su identidad dentro de la cancha.

No puede ni debe, aún, cargar con la esperanza de trascender de todo un país. Su evolución requiere paciencia, acompañamiento y entorno. Solo así podrá transformarse en el tamaño de jugador que su talento reclama.

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Erik Pacheco

Erik Pacheco