Hamás pide más tiempo para estudiar plan de paz de Trump

Hamás necesita más tiempo para estudiar el plan de paz para Gaza presentado por el presidente estadounidense Donald Trump y respaldado por el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, afirmó este viernes un dirigente del movimiento islamista palestino bajo condición de anonimato. El presidente estadounidense había dado el martes a Hamás un ultimátum de “tres o cuatro días” para aceptar su plan encaminado a poner fin a casi dos años de guerra en el territorio palestino, pero la organización solicitó una prórroga para completar sus consultas internas. “Hamás sigue en consultas sobre el plan de Trump (…) e informó a los mediadores de que las consultas continúan y es necesario algo de tiempo”, declaró el alto mando del movimiento a la agencia AFP.

El plan esbozado por el presidente estadounidense contempla un alto el fuego inmediato, la liberación de todos los rehenes israelíes en un plazo de 72 horas, el desarme completo de Hamás y la retirada gradual del ejército de Israel de la Franja de Gaza. Respaldado por numerosos países árabes y occidentales, el acuerdo presenta algunas incógnitas sin resolver, particularmente en lo referente al calendario específico de la retirada israelí y las modalidades prácticas para el desarme del grupo militante palestino. Mohamad Nazal, miembro del comité político de Hamás, afirmó el viernes en un comunicado oficial que el plan contiene varios puntos que generan preocupación dentro de la organización.

“Estamos en contacto con los mediadores y con las partes árabes e islámicas, y nos tomamos muy en serio alcanzar un acuerdo”, explicó Nazal en su declaración. “Pronto anunciaremos nuestra posición”, agregó el representante político sin especificar un plazo concreto para la decisión final. Las consultas internas dentro de Hamás reflejan divisiones dentro del movimiento, según fuentes cercanas a las negociaciones, donde existen al menos dos posturas diferenciadas sobre cómo responder a la propuesta estadounidense.

Foto: @hjbtny1

Mientras se desarrollan estas deliberaciones, en el terreno continúan los enfrentamientos. La Defensa Civil del territorio palestino, una fuerza de socorristas que opera bajo la autoridad del gobierno de Hamás, reportó intensos bombardeos israelíes y fuego de artillería sobre Ciudad de Gaza. El ejército israelí lanzó en septiembre una gran ofensiva aérea y terrestre para tomar el mayor núcleo urbano de Gaza, operación que ha obligado a huir hacia el sur de la Franja a cientos de miles de personas desplazadas. A causa de las restricciones a los medios de comunicación en Gaza y las dificultades para acceder a muchas zonas, los detalles proporcionados por la Defensa Civil o el ejército israelí no han podido ser verificados de forma independiente.

El portavoz de Unicef, James Elder, declaró que no existe ningún lugar seguro para los palestinos que recibieron órdenes de evacuar Ciudad de Gaza y que las zonas designadas por Israel en el sur son “lugares de la muerte”, reflejando la gravedad de la situación humanitaria. Tras casi dos años de guerra —que estalló con el ataque de Hamás del 7 de octubre de 2023 contra el sur de Israel— las manifestaciones de protesta se han multiplicado en todo el mundo, centrándose en las últimas 24 horas en la interceptación de la flotilla humanitaria Global Sumud por parte de la marina israelí.

La flotilla Global Sumud (que significa “resiliencia” en árabe) había partido en septiembre desde Barcelona con activistas como Greta Thunberg con la intención de llevar ayuda humanitaria a este territorio palestino que, según la ONU, sufre condiciones de hambruna generalizada. La Marina israelí comenzó el miércoles a interceptar los barcos que se acercaban a Gaza y a detener a los más de 400 activistas que viajaban en ellos, anunciando este viernes que había comenzado a deportar a los participantes con el envío de cuatro ciudadanos italianos a sus país de origen.

Hugh Lovatt, investigador del Consejo Europeo de Relaciones Internacionales, explicó que mientras Catar puede ejercer presión sobre el movimiento Hamas, “en última instancia, no se trata solo de convencer a los líderes de Hamás en Doha, sino también a los líderes en Gaza y a los miembros y combatientes de Hamás en Gaza”. Una fuente palestina cercana a la cúpula de Hamás reveló que el grupo “quiere enmendar alguna de las cláusulas como el desarme y la expulsión de los dirigentes de Hamás y las facciones”, indicando los principales puntos de fricción en las negociaciones.

Los líderes del movimiento en el poder en Gaza también buscan “garantías internacionales de una retirada completa de Israel de la Franja de Gaza” y asegurarse de que no habrá intentos de asesinato contra ellos dentro o fuera del territorio, según profundizó esta misma fuente. Otra fuente cercana a las negociaciones explicó que “existen dos opiniones dentro de Hamás”, con una facción que “respalda la aprobación incondicional, dado que la prioridad es un alto el fuego bajo las garantías de Trump”, mientras que otra tiene “importantes reservas hacia algunas cláusulas clave, rechaza el desarme y la expulsión de cualquier palestino de Gaza”.

La guerra estalló con el asalto sin precedentes de Hamás en el sur de Israel, que resultó en la muerte de 1.219 personas, en su mayoría civiles, según un balance basado en datos oficiales israelíes. La ofensiva de represalia israelí ha causado según cifras del Ministerio de Salud del gobierno de Hamás -que la ONU considera fiables- al menos 66.225 palestinos muertos, en su mayoría mujeres y niños, marcando uno de los conflictos más destructivos de las últimas décadas en la región.

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Filiberto Cruz

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