Rafael Gual, director ejecutivo de la Cámara Nacional de la Industria Farmacéutica (Canifarma), rechazó que el desabasto de medicamentos en el país sea atribuible a sus empresas afiliadas y señaló que la mayoría de las compañías citadas por el gobierno federal por incumplimientos no pertenecen al sector farmacéutico. El directivo explicó que de las 34 empresas mencionadas en las listas oficiales por retrasos o faltas de entrega, solamente tres forman parte de Canifarma, mientras que otras cinco fueron identificadas como farmacéuticas, pero el resto no son titulares de registros sanitarios, fabricantes o importadores de medicamentos.
Durante la conferencia matutina de Palacio Nacional del martes, el subsecretario de Integración y Desarrollo del Sector Salud, Eduardo Clark, había señalado a 34 farmacéuticas por incumplir en la entrega de medicamentos e insumos a hospitales del IMSS, ISSSTE e IMSS-Bienestar. Sin embargo, el representante de Canifarma sostuvo que existen discordancias significativas entre los datos difundidos por las autoridades y lo efectivamente entregado por las empresas del sector. Gual detalló que en algunos casos los productos ya fueron surtidos y no aparecen contabilizados, mientras que en otros se han modificado unilateralmente los plazos de entrega originalmente pactados.

“Por ejemplo, se adjudican 200 mil piezas para entregar en dos años, y después se exige entregar 180 mil en una semana, lo cual no corresponde al programa de entregas”, señaló Gual para ilustrar las inconsistencias en los reportes gubernamentales. El director ejecutivo de Canifarma recomendó a las empresas afiliadas acudir directamente con la autoridad para aclarar cada caso particular, advirtiendo que “se está imputando a la industria una responsabilidad que no corresponde” al sector farmacéutico formal.
Gual consideró incongruente que, al mismo tiempo que se reporta 97 por ciento de abasto en el sistema de salud, se responsabilice a la industria farmacéutica del desabasto residual. El directivo destacó que “se han entregado cientos de millones de piezas pese a las dificultades, empezando por la falta de pago de lo ya suministrado, que asciende a unos 14 mil millones de pesos”. Esta situación financiera, según Canifarma, afecta la capacidad de las empresas para mantener los niveles de producción y suministro requeridos por el sector salud.
Respecto a los medicamentos oncológicos, que aparecen entre los más rezagados en las cifras oficiales, Gual reconoció que sí hay empresas afiliadas involucradas en este segmento, pero insistió en que muchas de las cantidades ya se entregaron y no están reflejadas adecuadamente en los reportes gubernamentales. La cámara farmacéutica argumenta que existen problemas de registro y contabilización que distorsionan la percepción real del cumplimiento de las empresas del sector.
El directivo reiteró que la industria farmacéutica mexicana “es seria y ha colaborado siempre para garantizar el abasto suficiente”, calificando como injusto que se le responsabilice de un problema en el que participan proveedores ajenos al sector farmacéutico formal. Canifarma enfatizó que las empresas legítimamente establecidas en el sector cumplen con todos los requisitos sanitarios y de calidad exigidos por la autoridad, distinguiéndose de otros proveedores que operan fuera de los estándares de la industria regulada.
La posición de Canifarma busca clarificar el panorama sobre el desabasto de medicamentos, separando la responsabilidad de las empresas farmacéuticas formalmente constituidas de otros actores que participan en la cadena de suministro sin pertenecer al sector. La cámara mantendrá diálogo con las autoridades de salud para resolver las discrepancias en los reportes y establecer mecanismos más transparentes de medición del cumplimiento en las entregas de medicamentos e insumos médicos.
La controversia surge en un contexto donde el abasto de medicamentos en las instituciones de salud pública representa un desafío permanente para las autoridades sanitarias. Canifarma busca proteger la reputación de sus empresas afiliadas, que representan el sector formal de la industria farmacéutica en México, mientras colabora en la identificación de soluciones estructurales para garantizar el suministro continuo de medicamentos esenciales a la población. La cámara se compromete a continuar trabajando con el gobierno para mejorar los procesos de adquisición y distribución de medicamentos en el sistema de salud público.