Miles de estadounidenses se reunieron ayer domingo en Arizona para despedir a Charlie Kirk, líder conservador y fundador de Turning Point USA, en un funeral multitudinario donde el presidente Donald Trump y altos funcionarios de su gobierno rindieron homenaje al activista asesinado a tiros la semana pasada.
El evento, celebrado en un estadio con capacidad para 63,000 asistentes, contó con la presencia del secretario de Estado Marco Rubio, el secretario de Defensa Pete Hegseth, la directora de Inteligencia Nacional Tulsi Gabbard, el secretario de Salud Robert F. Kennedy Jr. y el comentarista conservador Tucker Carlson, entre otras figuras prominentes.
El presidente Trump, quien viajó desde la Casa Blanca para el homenaje, se sentó junto al multimillonario Elon Musk durante la ceremonia, mostrando una aparente reconciliación tras el breve paso de Musk por el Departamento de Eficiencia Gubernamental.
En sus declaraciones antes del evento, Trump afirmó que el tributo buscaba “celebrar la vida de un gran hombre”. Stephen Miller, principal asesor presidencial, declaró emocionado: “¿Pensaron que podían matar a Charlie Kirk? Lo han hecho inmortal. Ahora millones llevarán adelante su legado”, reflejando el tono de la ceremonia que algunos medios compararon con un funeral de Estado.
El dispositivo de seguridad desplegado para el evento fue extraordinario, reflejando la importancia nacional del acto y los recientes eventos de violencia política. Miles de personas hicieron cola desde antes del amanecer para ingresar al estadio, many vistiendo prendas con los colores de la bandera estadounidense o gorras con el eslogan “Make America Great Again”. Monica Mirelez, una asistente de Texas de 44 años que condujo 12 horas para estar presente, expresó: “Lo veo como un mártir de Cristo, sin duda”, capturando el sentimiento de muchos de los presentes que consideraban a Kirk como un símbolo del movimiento conservador.
El asesinato de Kirk, ocurrido durante un evento universitario en Utah el pasado 10 de septiembre, ha conmocionado a la comunidad conservadora estadounidense y generado una respuesta sin precedentes del gobierno de Trump. El presidente aseguró que alguien “muy cercano” al sospechoso del asesinato colaboró con las autoridades, aunque no proporcionó detalles adicionales durante el homenaje. La ceremonia representó no sólo una despedida al líder conservador sino también una demostración de fuerza del movimiento político que Kirk ayudó a construir through Turning Point USA, organización que fundó para promover valores conservadores en campuses universitarios.
